La jugadora de la selección Misa Rodríguez. | Efe - FERNANDO VILLAR

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La futbolista Misa Rodríguez ha confirmado este miércoles la versión de su compañera de Selección Jenni Hermoso de que no aprobó el beso que le dio el expresidente federativo tras la victoria del Mundial de 2023 en Sídney: «En ningún momento nos dijo que el beso había sido consentido». Como hizo en la fase de investigación, la guardameta del Real Madrid ha respaldado el relato que este lunes aportó Jenni Hermoso en la Audiencia Nacional, tanto sobre la falta de consentimiento de aquel beso, como sobre las «presiones» que ella le transmitió haber recibido para decir que sí aceptó.

Lo ha hecho en su declaración como testigo en el juicio que sienta en el banquillo a Rubiales, al exdirector de la Selección masculina Albert Luque; al exentrenador de la femenina Jorge Vilda; y al exjefe de marketing de la Federación Rubén Rivera. Misa Rodríguez ha relatado que, a medida que iba pasando el tiempo, vio a Jenni Hermoso «anímicamente mal, como dispersa», y, aunque en un principio, cuando se lo contó en el vestuario, no le hizo «mucho caso», después en el hotel comprobó que la jugadora «no sabía cómo reaccionar».

Ha reconocido que en un primer momento se hicieron algunas bromas al respecto pero cuando Irene Paredes, que declara mañana, dijo que aquello era «muy serio», «ya no se volvió a bromear»: «Bajamos pulsaciones y sentimos que era una cosa muy grave». Ya en el autobús ha dicho que Jenni Hermoso «no estaba en la celebración», estaba cabizbaja, y también en Ibiza, en el viaje que algunas disfrutaron, se la veía «ida»: «Yo la veía que no era ella, que no estaba en ese momento, que no disfrutaba (...); su cabeza estaba en otro sitio».

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«Jenni nos contó que estaba recibiendo presiones» Misa Rodríguez ha relatado que sí que vio movimiento y «varias charlas» de personas que se acercaron a hablar con Luis Rubiales sobre el beso en el avión de vuelta a España, en el que Jenni le dijo que el expresidente le había pedido hacer un vídeo con él para restar importancia a lo ocurrido. Ya en el aeropuerto se lo habían pedido, según le transmitió, pero «ella en ningún momento quería hacer nada».

Preguntada por la defensa de Rubiales, la jugadora ha negado que presenciase personalmente aquellas presiones, pero ha asegurado que lo sabe «por parte de ella», porque sabe que el expresidente fue a hablar con ella en el avión. «Jenni vuelve y se pone a llorar diciendo que había sufrido presiones», explica. Cuando la vieron, Alexia Putellas, Irene Codina y ella se acercaron y, tras explicarle Jenni Hermoso lo que el expresidente le pedía, la recomendaron que no hiciese aquel vídeo si no quería. Misa Rodríguez ha relatado un momento del vuelo que le llamó la atención: percibió que su entonces técnico, Jorge Vilda, tras hablar con Rubiales, se fue a la zona donde estaban los familiares. Le siguió y comprobó que estuvo hablando con el hermano de Jenni Hermoso.

Misa Rodríguez ha apuntado que le pareció «raro» que su entrenador fuese hacia la zona de los familiares y, como sabía que Jenni Hermoso había hablado con Rubiales y se había negado a hacer el vídeo, tuvo la «intuición» de que el expresidente, «como última vía, intentaría convencer a alguno de sus familiares» pidiendo a Jorge Vilda que hablase con él, tesis que defiende la Fiscalía. También en el viaje a Ibiza, según el relato de Rodríguez, Jenni Hermoso les contó que «seguía recibiendo presiones, en este caso de Albert Luque, que le insistía con hablar con ella». Ha dicho que tanto él como Rubén Rivera pidieron en varias ocasiones hablar con la jugadora, y ha afirmado que vio los mensajes que Luque envió a una amiga de Jenni Hermoso. A Rodríguez le pareció raro que Luque estuviese en Ibiza porque es una «persona que no tiene nada que ver» con la Selección femenina, y ha aseverado que «estaba claro» que fue «para hablar de lo de Rubiales».