El Real Madrid escapa del fuego

Los goles de Kylian Mbappé, al final de la primera parte y después de una acción en la que el Celta pidió penalti de Lunin sobre Swedberg, y Vinícius Júnior, nada más arrancar la segunda, prometían tranquilidad en un Bernabéu molesto con sus jugadores por la derrota en la Supercopa. Pero esa renta no dio el temple al equipo merengue, que vio como los gallegos se acercaban gracias a un tanto tras un error en la construcción y forzaban la prórroga con un penalti innecesario de Asencio que transformó Marcos Alonso.

Con menos fútbol que ganas, el Real Madrid demostró mejores piernas y más acierto que el Celta en la prórroga y los goles fueron cayendo uno tras otro hasta completar el 5-2 final, con un doblete de Endrick y otro tanto de Valverde para certificar el billete a cuartos de final de la Copa.

A la Copa la recibió un Bernabéu algo desangelado y una noche muy fría por la temperatura y el reciente descalabro en la Supercopa a mano del Barça. Y el feudo madridista tenía a sus culpables: Aurélien Tchouameni, principalmente, y Lucas Vázquez y Caro Ancelotti, contra los que hubo pitos. Pero el francés levantó los primeros aplausos de la grada blanca con un potente disparo lejano que desvió bien Iván Villar.

Pero el fútbol de ambos equipos no ayudaba, con un ritmo muy pasteloso y sin mordiente por parte de ninguno de los dos equipos. Vinícius Júnior se desesperaba en la banda izquierda, invisible para sus compañeros, y Kylian Mbappé tampoco aparecía, muy solo de ariete.

Los de Ancelotti dominaban la posesión sin problema, pero sin ideas ofensivas, muy planos en campo contrario. Solo Brahim Díaz y Mbappé desperezaron a su equipo probando a Villar en dos mano a mano, algo escorados, sin suerte. Y el Celta no estaba incómodo, muy comprometido y confiando sus opciones a la contra gracias a la profundidad de sus carrileros, Óscar Mingueza y Sergio Carreira.

Y el marcador se abrió a favor del Real Madrid cuando quiso Mbappé, para acabar con el ambiente frío del Bernabéu, inventándose una jugada de crack por la izquierda, entrando en el área con decisión con una bicicleta, para después fusilar a Villar con la izquierda. 1-0 con polémica, porque todo el Celta protestó un penalti previo, en la misma jugada, a Swedberg de Lunin que ni el árbitro ni el VAR consideraron.

Con el enfado celeste y el alivio madridista se fueron los equipos a vestuarios, para dar paso a una segunda mitad que arrancó con el ritmo que le faltaron a los primeros 45 minutos, y con el Real Madrid más enchufado. Los locales aprovecharon la menor tensión defensiva de los celestes y allanaron el camino hacia cuartos con el 2-0 de Vinícius al primer toque a pase de Brahim, que recibió antes un envío delicioso de Mbappé.

Los futbolistas del Real Madrid mostraron otra actitud y tensión, y Mbappé pudo ampliar la renta con un cabezazo a un metro de la línea de gol, pero falló. Y la vaselina de 'Vini', solo unos minutos después y solo ante Villar, se encontró con un Starfelt que se dejó la vida para llegar cuando el balón entraba.

Los de Ancelotti, con el colchón del 2-0 y ante un Celta algo desorganizado, disfrutaban de sus mejores minutos y oportunidades, parecía que el 3-0 estaba al caer. Sin embargo, el Celta gozó de una gran ocasión con un disparo en la frontal de Sotelo que mandó a córner Lunin. Susto para los blancos, aunque ahora estaban más cómodos.

La renta madridista pudo ser superior, pero el VAR anuló el tanto de Arda Güler, quien la empujó a placer gracias a la generosidad de Vinícius dentro del área cuando encaraba al portero, pero la posición del brasileño al recibir el balón era adelantada. El que sí valió fue el tanto de Bamba tras un error grosero de Camavinga en la salida, para meter el miedo en el cuerpo al Bernabéu en la recta final.

Y la machada del Celta, al menos para forzar la prórroga, llegó de penalti cometido por Raúl Asencio cuando el partido ya agonizaba, y Marcos Alonso no falló desde los once metros, para silenciar el Bernabéu y hacer soñar a los aficionados celestes. Ya en los 30 minutos extra, el Real Madrid intentó hacer valer las piernas frescas de Jude Bellingham, Fede Valverde y Endrick, que entraron antes del final de los 90 minutos.

Pero con la prórroga llegó el descontrol, y ahí el Real Madrid está cómodo, aunque no terminaba de encontrar el camino hacia el triunfo, y sufría mucho atrás con las contras del Celta, que pidió otros dos penaltis por manos que el árbitro no las entendió para señalar pena máxima.

El Real Madrid no quería los penaltis y demostró más pegada que su rival, con los potentes y bellos tantos de Endrick, por partida doble, y Valverde en la segunda parte de la prórroga, para ya no sufrir más sustos y avanzar a cuartos de Copa del Rey.