Ahora mismo cualquier rival de cierta entidad, aunque sea un Milan en horas bajas en Italia, con poco daña mucho al Real Madrid. Nervioso. Permisivo. Sin intensidad defensiva donde no se debe permitir a ningún equipo tocar sin sentir el aliento. Apenas tres faltas en el primer acto, con dos errores de bulto de Tchouaméni que acabaron con la paciencia de la afición del Bernabéu.
De nuevo obligado a remontar en Europa. Un capítulo repetido en exceso. Habrá un momento que el Bernabéu no entre en combustión y se canse de tirar del equipo. Esperaba una reacción con carácter de un equipo descansado, la que demanda la goleada recibida en su estadio en el clásico. Y no llegó por lo endeble que se ha convertido. Cuando parecía que aumentaba la entrega al ver a Mbappé defender una acción, a Bellingham robar lanzándose o la entrega de Fede Valverde. Un fallo de concentración lo tiró todo por tierra de nuevo.
Lo cometió Tchouaméni en un saque de esquina y Militao llegó tarde a la cobertura. Ya había rematado a placer en el primer palo Thiaw, asestando un golpe a la intención madridista de agradar con un juego que no llega. No logra dar con la tecla Ancelotti. Y ya son demasiados partidos. Castigado en su banda derecha, que reforzó con Fede Valverde como ayuda a Lucas Vázquez, superado por la potencia de Leao y con las incorporaciones de Theo.
El único cambio tras el revolcón del clásico fue la presencia de Modric. Y este Real Madrid pide más mano de entrenador. Sin mirar galones, algo difícil de ejecutar. Mbappé, con ganas de goles que le acerquen a su identidad, había avisado con un disparo cruzado nada más alzarse el telón con el emotivo homenaje a la Comunidad Valenciana.
Pronto se vio el flanco débil del Real Madrid, con la primera incorporación de Theo Hernández que detenía Lunin. Pero nada pudo hacer, indefenso, tras un saque de esquina en el testarazo de Thiaw. Por enésima ocasión se desplegaba el escenario de la remontada europea en el Bernabéu. Con una rápida reacción cuando Tchouaméni, sintiéndose señalado, ponía un pase en profundidad a Mbappé que dejaba un regate de calidad y un disparo potente ante el que se lució Maignan.
Se esperaba a un Vinícius con ganas especiales de brillar tras lo ocurrido con el Balón de Oro. El Milan, endeble defensivamente, parecía la víctima idónea. Y Paulo Fonseca se protegió con defensa de cinco. Su plan daba resultado hasta que 'Vini' fue derribado por Emerson en una acción protestada por todo el conjunto italiano. El colegiado dudó y acabó pitando penalti. Quien no dudó fue el brasileño en la mejor ejecución de una pena máxima desde que las lanza. Con paradiña y toque suave a la red.
El primer paso estaba dado pero las dudas no se habían despejado. El Milan se sintió cómodo en cada posesión y Lunin se lucía con su primer paradón de la noche, asumiendo el rol salvador de Courtois al volar al palo para sacar el disparo ajustado de Reijnders. Impotente de nuevo en un fallo en el inicio de jugada de Tchouaméni, tras sacar un disparo seco abajo de Leao, que recibió de espaldas y se giró sin ser encimado por Militao, cuando Morata, el más atento a la jugada, mandó a la red el rechace para convertir al Real Madrid en su víctima preferida. El equipo al que más marcó en su carrera.
Un nuevo intento a la carrera de Mbappé, frustrado en el remate por Maignan, fue el último intento del primer acto antes de la frustración del segundo. Nunca hubo ambiente de remontada por las malas sensaciones que transmitieron los jugadores madridistas en el césped. Bloqueados, sin generar acciones ofensivas de peligro en equipo, solamente desde acciones individuales que no encontraron el gol.
De nuevo inferior al rival en la segunda parte, sin imponer su imponente físico, sin su habitual capacidad de reacción tras los golpes en la 'Champions'. Un disparo blando de Vinícius en el arranque dio paso un sentimiento de debilidad, temblando en cada carrera de Leao.
Otra vez salvado por Lunin con la parada del partido a un cabezazo de Leao tras centro de Emerson. Debilidad por ambos costados. Sin marca de los centrales. De nuevo la impotencia de Mbappé, infeliz como 9, en remates desesperados que no encuentran el gol. Con Bellingham mascando ansiedad en cada disparo, rematando a la grada la más clara, cuando llegó la sentencia.
Ya había estrellado en la cruceta un remate de espuela tras córner Morata cuando Leao explotó su potencia, sin tambalearse ante el intento de frenarlo de Militao, empequeñeciendo a Lucas en carrera para dejar clara la necesidad de acudir al mercado para cubrir la baja de Carvajal. Reijnders fusilaba a Lunin e impulsaba el peor momento del Real Madrid en años. Esta vez no hubo espacio para la heroica y hasta se anuló un tanto de Rüdiger. El campeón queda tocado en su orgullo.
5 comentarios
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No pasa nada, son el mejor equipo y tienen el mejor entrenador del mundo. 🤣🤣🤣🤣
ClaY con un poquito de ayuda de tito Floren... 🤣🤣🤣
Real Madrid: en el primer tiempo y parte del segundo un solo jugador español. Milan: casi todo el partido un jugador español. Que no digan el el madrid representa España. Y el Balón de Playa haciendo lo que mejor sabe...
Menos hacerse los ofendiditos por el balón de oro y más trabajo. Los títulos no te los regalan por llamarte Real Madrid. Se construyen con trabajo, disciplina y, sobre todo, humildad.
Pero quien dice que son los mejores jugadores del mundo ? La prensa adicta al Madrid. son buenos pero como ellos hay varios mas en el mundo futbolistico. El señor Perez domina muy bien a la prensa ?, los tiene domesticados y vende humo. Pero la realidad es que hay un equipo de poca calidad, fichajes pagados a precio de oro y que, para Francia son buenisimos, pero en España solo sirven para jugar en segunda o en primera, en equipos ascensores. En fin, debo decir que el Barsa ha tenido la suerte de fiarlo todo a la cantera, necesidad obliga, y ahi lo tenemos. equipo para quince años si no varian la politica actual.