El seleccionador español, Luis de la Fuente, dirige el entrenamiento de este domingo en el Centro Deportivo SV Aasen, en la localidad alemana de Donaueschingen, donde preparan el segundo partido del grupo B de la Eurocopa 2024 ante Italia. | J.J.Guillen

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Luis de la Fuente corrió hacia la grada a la conclusión del estreno de España en la Eurocopa 20024. El resultado había sido inmejorable y necesitaba compartir su alegría con aquellos a los que más quiere. Buscó a su familia y celebró un triunfo que asienta un cambio de estilo con el que deja su sello como entrenador. Una nueva reivindicación de un técnico obligado a realizarlas por su falta de bagaje en equipos en la élite.

Ser un técnico con especial tacto al talento joven, sin ningún miedo ni ataduras para dar paso al futbolista que irrumpe con fuerza en la élite, ha provocado que España presente una nueva identidad. Impulsada desde el movimiento táctico que implica la presencia de dos extremos puros como Lamine Yamal y Nico Williams.

Más que retoque a un estilo, más que evolución, si se compara con la España eliminada del último Mundial, en invierno de 2022, en los fatídicos cuartos de final ante Marruecos, es un cambio en toda regla. Hasta el punto de renunciar a la abrumadora superioridad en la posesión, perderla ante Croacia y vencer con comodidad el encuentro.

En el Mundial de Catar, con Luis Enrique Martínez al mando, España vapuleó a Costa Rica (7-0) con un 82% de posesión en el mejor estreno de su historia en una fase final de un gran torneo.

Pero ese mismo porcentaje de posesión, ante Japón, no le permitió evitar una derrota sonrojante y el 77% obtenido en octavos de final ante Marruecos, no le impulsó a marcar ningún gol, apenas disparó en una ocasión a puerta y cayó eliminada en la tanda de penaltis. Fue el epílogo en la peor interpretación de un estilo que Luis Enrique quiso hacer evolucionar adaptándolo a los tiempos actuales futbolísticos.

Y en el punto contrario se ha situado De la Fuente en el regreso a un gran torneo. España tuvo un 46% de posesión por el 54% de Croacia. Desde noviembre de 2014 la Roja no perdía la posesión. La repartió con Argentina en una goleada 6-1 en marzo de 2018 y en un partido oficial su triunfo con posesión más baja fue en septiembre de 2017, un 3-0 a Italia en una clasificación al Mundial.

«Yo lo que quiero es ganar, me da igual la manera de lograrlo», afirmó Rodri Hernández en vísperas del estreno en la Eurocopa 2024. «Tampoco tenemos que ser siempre fieles al estilo y perder», advirtió antes Pedri. «Soy partidario de ser fiel a un estilo claro pero para ser un equipo completo hay que ser capaz de adaptarse a distintos entornos», explicó Mikel Merino.

Fueron declaraciones de los grandes protagonistas que advertían de lo que se iba a producir. El estilo tan definido del toque, de la posesión insultante, se ha desterrado en la selección española. Mayor variedad de registros, aumento de verticalidad y una pegada creciente se imponen con De la Fuente.

Lo reflejan los datos. Ante Croacia fue el partido de la selección española con menos pases intentados desde septiembre de 2015. Un total de 455 de los que completó 392. La comparación con dos fechas de mal recuerdo, las dos últimas eliminaciones de Mundiales en las que se mascó la impotencia, es demoledora. España se fue de Rusia 2018 tras dar 1.088 pases ante el anfitrión. En el último Mundial, en Catar, también se marchó en penaltis tras dar 979 pases.

El fútbol más directo por el que aboga De la Fuente se aprecia en los disparos con los que acaba jugada. Con Luis Enrique, en el Mundial 2022, España tiró 12,25 veces de media, de los que 4,25 fueron a puerta. En el último año con el actual seleccionador la Roja ha tirado 18,2 tiros de media y 6,6 fueron a puerta.

Y la apuesta por buscar esos remates con centros desde los costados deja en la actualidad 22,7 centros de media y 31,4 toques en el área con De la Fuente, por los 15,75 centros y 19,75 toques en el área de promedio con Luis Enrique. Es el nuevo estilo de la selección española con el que busca su cuarta Eurocopa y volver a reinar.