Y eso que el equipo de Moyano aterrizó en Mallorca plegado de bajas. Ramón Huescar, máximo referente en ataque, no viajó por una fascitis plantar, y Nil Ruz tampoco lo hizo tras lesionarse la semana pasada en Los Pinos contra el Manacor. Además, Adrián López y Ángel Martínez no pudieron viajar por cuestiones laborales, y Marcel Alzina sigue con su recuperación por sus problemas de pubis.
Ante dichas adversidades, el CE Alaior empezó muy entonado el partido, siendo conscientes que la calidad del Santanyí podría poner en serios problemas al equipo. El conjunto local dominó gran parte del primer tiempo, pero los de Moyano aguantaron replegados en su campo intentando aprovechar la velocidad de sus atacantes en los contraataques para generar peligro. En el minuto 15, el guardameta albinegro, José, despejó un peligroso lanzamiento de falta directa desde la frontal del área, y los centrales, Loren Ameller e Isaac Melià, mantuvieron el juego aéreo de forma imperial durante la primera mitad, donde los locales mantenían el esférico jugando de un lado a otro, pero sin inquietar la portería de José.
En la segunda parte, los menorquines salieron de la caseta con ganas de más y equilibraron el encuentro obtuviendo más posesión. En el minuto 61, Moyano introducía a Biel Moll y Eric Mercadal por Joel y Carlos, dejando los extremos a Jordi Lázaro y Marc Mercadal.
Y en el minuto 73 llegó el éxtasis. Lázaro desde la derecha internó y sacó un disparo que repeló el portero local, y tras un despeje erróneo de los defensas, el balón le quedó a Isaac Barro, que desde la frontal lanzó un misil raso que perforó la portería y desató el delirio visitante.
Los últimos minutos fueron del Santanyí, que intentaba de todas las maneras empatar el encuentro y encontrar un hueco en la defensa albinegra. En el 86, Elliot y Segovia entraron para dar frescura al equipo, y los locales vieron como la derrota los consumía.
Con esta victoria, el Alaior se sitúa en las primeras posiciones de la clasificación con seis puntos de nueve posibles, ganando a dos de los rivales de gran nivel.
El apunte
«De nada sirve todo esto si en el siguiente partido no damos la cara»
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