La exjugadora y ahora entrenadora, Irene Olives, y la actual futbolista, Aida Fanals, este pasado curso.

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Jornada festiva completa en España, con la histórica clasificación de la Selección Española para su primera final en un Mundial de fútbol. Una gesta que va más allá de la clasificación, ya que es la reivindicación del mundo del deporte de chicas. O así al menos se ve desde Menorca, en boca de dos grandes representantes del fútbol de chicas: la ahora coordinadora y exjugadora de la UD Mahón, Irene Olives, y la futbolista del CD Tenerife B, Aida Fanals.

Para Olives, «España dominó la mayor parte del partido, con un juego muy combinativo y con las primeras ocasiones. Fueron superiores y la clave, su unión, sin destacar nombres pero sí un gran bloque que salió a por todas y sin presión porque tras tanta inestabilidad interna, nadie apostaba por ellas», analizaba. Y es que lo que está haciendo España, «tiene mucho mérito, demuestra que hay grandes jugadoras, que el fútbol femenino está en auge aunque queda camino para estar a la altura de otras ligas como la Premier». Olvidando bajas sensibles tras la polémica con el seleccionador, «jugadoras con menos nombre han cogido responsabilidad y están haciendo un torneo de 10. Alguna ni estaba en la lista inicial», recuerda.

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Para ella, las que no van son «muy valientes, con unos valores que han defendido hasta el final. No ir a un Mundial es una decisión muy importante, seguramente muchas que han renunciado será de las últimas oportunidades y su decisión va de la mano a mejorar el fútbol femenino, a que merecen entrenadores de primer nivel. En el masculino no saldría la noticia porque no llega a la prensa, se lo cargan antes. Que le haya salido bien a Jorge Vilda no le da la razón, ni a ellas se la quita», lanza la de Maó, siempre tan reivindicativa con y por el deporte femenino. «Muchas de esas chicas compaginan trabajo y entrenamientos, por suerte empiezan a ser profesionales y a poder dedicarse solo a entrenar y jugar. Esto significa esperanza, ilusión, sueños… Para todas esas niñas que quieren jugar y pueden soñar en grande como cualquier niño. Significa que cuando preguntas    quién es tu jugadora favorita no se quedan en blanco y te mencionan unas cuantas», exclama Olives. «Para mí, que he luchado para que el fútbol femenino no desaparezca en la Isla, esta final significa que ojalá cada vez más veamos chicas en los campos, que muchas más elijan el fútbol como extraescolar, que lo tengan presente como opción. Porque ver a una mujer jugando a fútbol sea lo más normal y corriente, eliminando los estereotipos que puedan quedar aún en la sociedad».

Fanals habló por su parte de «partido muy igualado decidodo en los últimos 10'. España tuvo la capacidad de tener el balón y crear oportunidades que le llevaron a    ganar». ¿Campeonas? «¿Por qué no? España nunca se rinde y pese a haber tenido ‘malos' partidos ha dado la cara y llegado aquí gracias a su trabajo y actitud», analiza, recordando también las que no han estado en este Mundial. «Mérito tienen esas jugadoras que se respetaron a sí mismas en sus valores; sin ellas, las que ahora son partícipes de una final no hubieran tenido esa oportunidad». Para Fanals, el Mundial «es histórico independientemente de la final. Estoy muy orgullosa de los pasos que damos el deporte femenino y solo deseo y espero que esto sea el principio de muchas sorpresas más».