Para empezar, por el número de equipos nacionales -que por primera vez se iguala al torneo masculino- la gran fiesta del fútbol femenino se presenta como la edición más igualitaria jamás vista y ya acumula, antes de comenzar, un sinfín de éxitos y una cifra aún mayor de retos.
Estados Unidos, la vigente campeona y poseedora de cuatro títulos mundiales volverá a defender su posición y busca hacer historia al perseguir el pentacampeonato.
De conseguirlo, se convertirá en la primera selección -femenina y masculina- en alzar la Copa mundial tres veces consecutivas, tras la conquista de los títulos de Canadá 2015 y Francia 2019.
Para ello contará una vez más con la icónica Megan Rapinoe, que pretende dejar su huella en el campeonato y también en la historia del fútbol ya que se retirará una vez concluya este Mundial -el cuarto de su carrera.
La coanfitriona Nueva Zelanda apuesta por el legado del torneo para impulsar la profesionalización del deporte en el país, cuyo primer equipo profesional, el Wellington Phoenix, nació hace solo dos años.
«Cuatro jugadoras del Phoenix, dos de las cuales eran amateurs hace apenas doce meses, fueron nombradas recientemente parte del equipo de las Football Ferns (la selección) para el Mundial», dijo a EFE el portavoz del club, Brenton Vannisselroy.
A partir del jueves y durante el próximo mes, las internacionales de 32 países entrarán en la cancha con mucho «juego bonito», grandes aspiraciones y enormes desafíos.
España, en su mejor momento, deberá dejar las diferencias fuera de la cancha si quiere consolidar los pronósticos que la perfilan como una de las principales potencias a nivel global. Con una solidez que se ha construido a fuego lento a lo largo de varios años y un palmarés envidiable que incluye la reciente conquista inédita del título de campeonas del mundo sub-20, La Roja llega a Nueva Zelanda como una de las favoritas.
Para cumplirse el sueño de coronarse campeona absoluta, sin embargo, las 23 convocadas, entre ellas tres de «las 15» y la actual balón de oro Alexia Putellas, el cuerpo técnico y el propio entrenador Jorge Vilda aparta las desavenencias que habían desatado un tsunami en el seno del conjunto.
Vilda asegura que «España nunca ha tenido un equipo tan completo y con tantas posibilidades», mientras que las jugadoras están listas para «hacer historia» de cara a su tercer Mundial.
La historia, de hecho, ya compone el ADN de esta novena edición de la cita mundialista.
En una clasificación sin precedentes, la selección de Zambia aseguró su boleto tras quedarse con el tercer puesto de la tabla en la Copa Africana de Naciones y ya ha dejado su marca en el torneo, al convertirse en la primera nación africana sin salida al mar que se clasifica para un Mundial -masculino o femenino.
Por un lado Zambia busca superar las expectativas en el disputado grupo C, en el que figura España, y por otro, Japón se peleará por su segunda estrella mundialista y buscará repetir la hazaña lograda en 2011, cuando derrotó a la todopoderosa Estados Unidos en los penaltis. El cuarto y último equipo del grupo C, Costa Rica, promete enseñar la creciente consistencia de su combinado, con la misión de garantizar un cupo histórico en los octavos de final.
Entre las formaciones latinoamericanas, además de 'Las Ticas', Argentina luchará por su primera victoria en un Mundial, ya que hasta hoy no ha conseguido arrancar más allá de un empate.
Mientras Brasil, una vez más capitaneado por la experimentada veterana Marta -elegida seis veces la mejor jugadora del mundo- va a por su primera estrella en el fútbol femenino, después de que el sueño de alzar la Copa global le fuera interrumpido en 2007 por Alemania -que a su vez aspira al tricampeonato.
Colombia, que se perdió la última edición del Mundial de Francia 2019, llega con las energías renovadas y ganas de probar que tiene las habilidades necesarias para competir de igual a igual tras alzarse subcampeona de la Copa América en casa. «El primer paso es ganar ese primer partido y pasar nuestra primera llave y de ahí cada partido va a ser siempre una final para nosotras y deseamos obviamente estar en esa final y poder ser campeonas del mundo», dijo esta semana la defensa Jorelyn Carabalí.
Finalmente, Panamá competirá por primera vez en su historia en un Mundial femenino, tras conseguir su billete para Australia y Nueva Zelanda 2023 de forma espectacular en la repesca.
Con más de un millón de entradas vendidas, el Mundial de Australia y Nueva Zelanda ha llegado para romper moldes.
1 comentario
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No interesa a nadie este mundial.los niños de 14 años juegan mejor y les meterían media docena de goles a todas las selecciones y quien diga lo contrario es que es o familiar de alguna jugadora o que no tiene ni idea de futbol