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La opciones matemáticas del Norteño de mantenerse en Tercera División cada vez son más pequeñas. Por no decir diminutas. Ayer volvió a morder el polvo por 3-0 y la cuestión se antoja imposible. Y, a pesar de todo, hay que decir que el Llosetense no tuvo uno de sus mejores días, tal vez por la poca exigencia a que se vio sometido por el rival , ya que el Norteño solo puso ilusión y ganas, pero eso no bastó para suplir la mejor calidad técnica de la mayoría de adversarios.

El equipo local no estuvo muy acertado en la fluidez de juego, lo cual no le impidió que enviara tres balones al palo antes de llegar el minuto 43, momento en el que el colegiado, a instancias del linier, señaló un penalti a favor del equipo local por unas manos muy protestadas por el entrenador visitante Pere Vadell, pero que significó el 1-0 por mediación del exjugador del Sporting Mahonés, el delantero Manel Sala.

En la reanudación, el Llosetense salió con algo más de mordiente y sin hacer grandes esfuerzos, pero logró matar el partido con goles en el minuto 74 de Cladera de una bolea en el interior del área grande y en el minuto 87 de nuevo de Manel Sala, que hacía su doblete con un chut desde fuera del área que sorprendía al portero Òscar. Incluso se podría decir que el balón entró llorando en la portería.

A parte de ello, poca cosa más. Al Llosetense que entrena Joan Manuel Darder no le hizo falta emplearse mucho más a fondo y el Norteño se iba desangrando poco a poco con el paso de los minutos. La baja por lesión de Miquel Capó afectó especialmente a un equipo que lo intentó, que sufrió, que luchó, pero que no llega.

Cierto es que el penalty señalado poco antes del descanso también fue una losa y afectó al equipo de Fornells para encarar la segunda parte con garantías, pero lo único real es que, a pesar del esfuerzo de los jugadores del Fornells, su nivel es lo suficientemente inferior al resto de los equipos de la categoría como para acabar descendiendo. El equipo de Vadell se queda con 20 puntos en la clasificación.