Sa Tintina Es Castell se da otro festín con el Vic

El equipo de Oriol Pagès, como ocurrió en la semana previa en su visita al Alfindén aragonés, apenas precisó de los primeros dos cuartos para apabullar a su rival e imponer la sentencia (40-20 al intermedio), en una cita que además enmarcó el estreno con la elástica del equipo menorquín del alero de Sibenik Ivan Zivkovic, cuya aportación, en cualquier caso, no trascendió de testimonial (como no se esperaba de otro modo, en función de que se trata de un jugador recién llegado, a España y a la Isla, y que apenas suma un entrenamiento con sus nuevos compañeros y en su nuevo destino), y que el cuadro menorquín afrontó con las conocidas ausencias de Álex Navas, aquejado de un golpe en la boca, y de Damià Soriano, quien podría retornar a la acción en uno o dos partidos tras su lesión de rodilla.

Un par de bajas de importancia que, no obstante, ni notó Sa Tintina Es Castell, que disfruta de un momento de plena exuberancia en lo colectivo, con las piezas cada vez más encajadas y sus roles cada vez más definidos, puesto que si bien el de este domingo fue un partido que registró la mejor actuación del pívot cordobés Roberto Cubero desde su venida a la Isla (15 puntos, 8 rebotes y 19 de valoración, la más alta de la matinal, sus cifras), a un Xavi Hernández dentro de sus parámetros acostumbrados (14 tantos, 3 asistencias y 3 rebotes), a un Sergi Llufriu, como siempre imperial en la zona (5 tantos, 10 capturas) y a un Rafa Gómez que no dio tregua a sus pares (12 y 5), por encima de cualquier protagonismo o concesión a título individual, fue una victoria del grupo, a partir del derroche de un equipo que estuvo especialmente efectivo en lo defensivo.

El Vic, que en ningún partido de la presente temporada había firmado un guarismo inferior a los 70 puntos, ni alcanzó el medio centenar en Es Castell. Y es que desde el arranque, lo que ilustra un certero ‘scout' y una mejor puesta en escena, el Vic se vio absolutamente desarbolado, por la velocidad, tanto de acción como de ejecución, que acreditó Sa Tintina Es Castell.

Discurridos menos de cinco minutos de partido, la renta del cuadro menorquín ya era de +12 (14-2). Ni la llamada a capítulo del técnico catalán valió para alterar una inercia en el marcador, que al finalizar el primer parcial, estableció una distancia de +15 (23-8).

En el segundo parcial devino la ruptura definitiva (40-20). El dominio en el rebote, un mejor porcentaje en el tiro (el Vic encadenó minutos sin anotar), y la insistente actitud defensiva engordaron la sangría. En la reanudación, únicamente en el tramo final el cuadro catalán tuvo sus momentos para maquillar su inapelable derrota (62-47).