TRAYECTORIA. El inminente rival del Hestia Menorca, cuyo uniforme oficial es blanquiazul como el de la Real Sociedad de fútbol, supera este año los dos decenios de existencia. Fundado en 2002, el Ponferrada aterrizó por vez primera en territorio estatal a raíz de su ascenso a Liga EBA de 2007, después de un lustro ininterrumpido compitiendo en el sector castellano-leonés de Primera Nacional. Su primera incursión en la cuarta liga del país fue efímera, de apenas una temporada, pero tras casi completar una década de nuevo en Primera Nacional, su siguiente presencia en el contexto EBA implicó el inicio de un salto de calidad en el que aún pervive. Después de un trienio en la misma, en 2019, suscribió su llegada a LEB Plata, donde milita desde ese entonces para un ciclo de cuatro campañas seguidas.
EN PLATA. En ese trecho en la tercera liga del país, el conjunto berciano acredita una gráfica algo irregular. A los discretos resultados deportivos de su temporada de estreno en la categoría, 2019-20, camuflados por la detención y posterior cancelación de la competición a causa de la pandemia del coronavirus, en marzo de 2020 (entonces el Ponferrada era último de la serie A-1, duodécimo de la liga por tanto), le siguió su mayor cumbre en LEB Plata, al acceder en el curso 2021 a la segunda ronda de la fase de ascenso, idéntica estancia en la que reside en la presente temporada, y con la curiosidad de que en la primera eliminatoria derrotó a La Roda, rival al que el pasado fin de semana despachó el Hestia Menorca. Cantabria impuso el límite al Ponferrada en aquella exuberante campaña, la que más dentro de su propia cronología.
En el ejercicio anterior, 21-22, Ponferrada no pudo progresar más allá del décimo lugar de la conferencia Oeste, lo que le dejó fuera de la fase de ascenso, a la que ha regresado este año.
ESTE AÑO. El Clínica Ponferrada SDP ha sido sexto clasificado de la conferencia Oeste, con un balance de 14-12. Tuvo un ‘rush' final de fase regular de lo mas eficaz, ganando cinco de sus últimos seis partidos. La derrota, en ese tramo, devino en la jornada final, en el derbi castellano-leonés ante el Tizona Burgos (100-87), lunar de un excelente epílogo que ha tenido continuidad en la postemporada, como demuestra la solvencia con la que ha dejado atrás al Sant Antoni, al que sometió en los dos partidos, 82-80 en su pabellón Lydia Valentín, y 86-91 en Sa Pedrera de Sant Antoni, donde además gobernó el partido con autoridad, llegando a mandar por +16 (30-46) y desde el 7-5 inicial siempre lideró en el marcador. Todo en una atmósfera de lo más hostil, lo que demuestra que se trata de un conjunto, al margen de sus prestaciones deportivas y de si estas son inferiores o no a las del Menorca, con capacidad para competir en cualquier situación (si bien en ese sentido, un Bintaufa en combustión, tal y como le aguarda en poco más de diez días, resultará una prueba de máximo rigor).
Por lo demás, significar que el próximo rival del Menorca ha corregido en los últimos meses de temporada lo que en las primeras semanas de liga llegó a ser una inquietante fragilidad al actuar como local (no pierde en casa desde febrero, cuando dejó atrás su peor momento del año, y lo que le concede una racha abierta de cuatro victorias consecutivas, incluida la conseguida hace poco más de una semana ante el Sant Antoni) y que se trata de un equipo que si bien no ha podido en ninguno de los dos partidos de liga contra Navarra o Tizona, sí ha sido capaz de imponerse al Clavijo riojano y en los dos encuentros al Zornotza, lo que unido a su inesperado éxito ante el Sant Antoni, obligan, desde la Isla, a prestarle la máxima consideración como rival, especialmente también por la térmica atmósfera, con alrededor de 2.000 personas que le arropan desde la grada, que es capaz de generar en su pabellón.
JUGADORES. El colectivo que dirige por cuarta temporada consecutiva David Barrio encuentra en el alero Jorge Martínez, que en playoffs está incrementando a más de quince puntos por partido los 10.3 que promedia en liga, y el 3-4 estadounidense Omar Lo, con 15.5 tantos y más de ocho rebotes ante Sant Antoni, mejorando sus 14.4 y 6.4 de la liga regular, a dos de sus referentes.
A un nivel similar cabe situar al escolta alicantino Alex Jordà, con cerca de 14 puntos y 3 rebotes por partido como tarjeta de presentación esta temporada. El exAlbacete y Clavijo, con pasado en LEB Oro y en el baloncesto universitario norteamericano se fue hasta los 20 puntos en la victoria en Sant Antoni de Portmany. Un hombre, por tanto, que llega al alza a este cruce ante el Menorca.
El ala-pívot argentino con pasaporte español Juan Hierrezuelo, excanterano del Valencia Basket, que aporta versatilidad y ese carácter tan genuino, competitivo y característico de su país natal (además de 6 puntos y más de 3 rebotes por duelo, cifras que también ha mejorado en las eliminatorias de ascenso), el escolta estadounidense Matthew Wilson (10 puntos por duelo), el algecireño Jeffrey Godspower (4 tantos y 4 capturas), el pívot madrileño Guillermo Bastante (9 y 5) y los fichajes invernales del francés Ryan Lobreau (11 puntos de media ante Sant Antoni) y el lituano Mintautas Mockus, configuran una segunda unidad de lo más competente, solvente y eficaz al servicio de un colectivo que ya ha demostrado sobrada capacidad para mirar a los mejores a los ojos.
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