El jugador de Maó, discurridos menos de seis minutos del duelo que abría la competición, cayó lesionado producto de un encontronazo, en una acción del juego, con el jugador esloveno del equipo levantino, Klemen Prepelic (que le cayó encima). El choque fue en la rodilla izquierda (la lesión de 2017 fue en la derecha) y motivó que Llull debiera ser sustituido y sin margen para reincorporarse para el resto del partido.
En los primeros momentos que siguieron a la lesión pudo apreciarse, en una imagen de televisión, como Llull, con gesto de preocupación, vocalizaba la pregunta al médico del Real Madrid que le atendió en primera instancia; «¿está roto?», aunque en ningún instante se advirtió que la respuesta del galeno fuera afirmativa.
A la conclusión del partido, que el Madrid finalmente resolvió con mayores apuros de los que el arranque de encuentro hacía prever, Chus Mateo, entrenador merengue, emitió un primer cuadro sobre la dolencia del base internacional surgido de la cantera de La Salle Maó, que tendría afectado el ligamento lateral interno de la rodilla izquierda, a falta de que se le hagan más pruebas.
El propio técnico merengue confesó que el concurso de Llull para lo que resta de torneo (dos partidos, en el mejor de los casos para el Real Madrid) es más que dudoso. «Es bastante probable que Llull no juegue más en la Copa. Tenemos que hacerle pruebas pero se ha dañado, parece, el ligamento lateral interno de la rodilla», comentó Mateo en sala de prensa.
Las malas sensaciones se incrementaron de modo exponencial una vez terminado el partido y se apreció a Llull abandonar los vestuarios del Olímpic de Badalona en muletas. Sobre las diez y media de la noche, el propio jugador publicó un mensaje en su cuenta de Twitter. «Confío en que la lesión no será grave». A falta de un diagnóstico definitivo... alarma Llull.
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Los que han caído son el "Palancas All Stars", esos sí que han caído, pero eliminados por el Unicaja.