Una jornada colosal en el Poli, pero que queda, de momento, como una cuestión puntual, como el sueño de una noche | Javier Coll

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Corren días de satisfacción en el seno del Bàsquet Menorca. Tanto por la afluencia de público y desarrollo de la jornada nocturna del sábado anterior, en la que de forma provisional mudó su hogar deportivo al Polideportivo Municipal de Maó, con motivo de la undécima fecha de liga en el grupo C-A de EBA, como por la forma en que competitivamente el compromiso se solventó, con triunfo sobre el Salt gironí en un partido gris, aunque pleno en equilibrio y emoción (64-58).

Alrededor de 750 personas, de las que más de medio millar pasó por taquilla, según datos del club (lo que no ocurría desde tiempos del extinto Menorca Bàsquet), fue la asistencia que registró la instalación, cifra muy elevada en el contexto de la cuarta división del baloncesto español, como también, tras la final de Copa Regional de fútbol entre Unión y Alaior, la más alta que ha registrado un recinto menorquín en cualquier otra actividad deportiva durante 2016.

Al margen, el triunfo, combinado con la derrota del Calvià, permite al equipo insular cerrar el año natural en la cumbre de la clasificación. Un contraste radical a como lo empezó, entonces como CCE Sant Lluís, sin opciones de ni tan solo pugnar la permanencia en pleno enero y siendo el peor conjunto de la categoría.

«La respuesta de la gente superó lo esperado, estamos muy contentos y sorprendidos. Llevamos desde verano trabajando mucho y duro, y considero que lo que vivimos en el Poli el pasado sábado fue también una recompensa a toda esa labor», analiza el director deportivo y pilar de referencia del proyecto, Miki Ortiz, que además no disocia la notable «asistencia de público» de la excelente trayectoria del equipo, líder del grupo C-A (9/2). «Siempre ayuda ganar; sabíamos que por nombres teníamos un gran equipo, pero después debes encajar todas las piezas y obtener resultados, y eso no ocurre siempre, pero nosotros lo estamos consiguiendo», destaca en ese sentido el exjugador.

Puntual

Una jornada que, con certeza, confirmó que el proyecto ha alcanzado unas cotas de solidez difíciles de imaginar solo tres meses atrás. Asimismo, que su lugar natural, para abundar en su crecimiento y progresión, está en Maó. «Es evidente que el Polideportivo de Maó es la instalación ideal para este equipo; también los jugadores disfrutaron del ambiente y de la instalación. Siempre gusta y motiva jugar con un respaldo importante de la grada», revisa Ortiz, que valora, en otra línea, que el Bàsquet Menorca ha superado, y con nota, una reválida. «Queríamos hacer la prueba de jugar en Maó por un día. Lo que disfrutamos, más allá de que el partido tuviera mayor o menor calidad, ver las gradas como estaban, fue algo que nos esperábamos. Además, el Poli tiene una atmósfera especial». Con todo, desde el Made in Menorca reiteran que el equipo regresará a Ses Canaletes, como estaba previsto, y ni la fantástica experiencia que ha significado jugar en Maó alterará el planteamiento. «Aunque mucha gente nos pide que nos quedemos en el Poli, el compromiso de esta temporada es con el Sant Lluís. Además, la instalación está muy congestionada, habría problemas para entrenar, por lo que la temporada la vamos a terminar en Ses Canaletes, aunque sabemos que allí nunca podremos colocar a setecientas personas», termina Ortiz.