Arteaga. Fue silbado en su regreso a Lugo, pero mejoró su aportación tras el descanso - El Progreso

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El Menorca Bàsquet le dio anoche la vuelta a la eliminatoria de cuartos de final por el ascenso a la ACB y recuperó el factor cancha. Gracias al acierto en el tiro exterior y a la fulgurante reacción del equipo tras el descanso después de una primera parte pobrísima, el Menorca se sitúa a una sola victoria de finiquitar la ronda ante Breogán.

El intercambio inicial entre los máximos referentes buscaba un triunfo balsámico en un Pazo en pie de guerra. Las armas empleadas por el Menorca en este primer periodo fueron sus porcentajes desde el perímetro. Tanto Bas como Navarro llevaron la manija ofensiva del cuadro isleño, que tuvo una rapidísima contestación por parte de los interiores de los lucenses, capitaneados por Brooks y Manu Gómez. Tanto Arteaga como Coppenrath apenas podían soportar el temporal. Sus incursiones dentro de la zona breoganista no fructificaron apenas. Eso sí, aprovecharon los espacios descubiertos por la defensa y sus tiros de media y corta distancia mantuvieron a Menorca pese a un parcial de 12-0 y cinco minutos sin anotar (de un 2-5 a 14-5).

Esta situación se mantuvo hasta que despertó James Feldeine, con un triple que colocaba la máxima hasta ese momento, 17-7. Únicamente la prisa en sendos contraataques hizo que el Menorca maquillase el resultado hasta el 20-14 con el que acabó el primer cuarto tras un parcial de 0-7 gracias a Navarro y Dani Pérez.

El Breogán mantenía a raya a Arteaga, ayer el jugador más 'odiado' en cancha por su fuga al término de la pasada campaña. El acomodamiento ofensivo de Menorca seguía en manos de Bas y Navarro, los únicos que movían la muñeca desde más allá de los 6´75. La renta lucense entre siete y diez puntos fue la nota predominante en estos minutos, con una defensa individual muy cerrada que dificultaba enormemente la llegada de balones a los pívots isleños.

Una antideportiva de Morentín sobre Edu Sánchez resumía la historia hasta ese momento, impotencia en la pintura y soberbio lanzamiento lejano. Los de Berrocal, pese a ir por debajo siempre, se mantenían con vida aunque dieron mucha menos sensación de peligro que en envites anteriores (34-25 al descanso).

En el tercer periodo, el partido cambió radicalmente, en un punto de inflexión. El Breogán entró en el cuarto que estadísticamente es el peor se le ha dado durante la temporada, y el Menorca siguió con la misma táctica aunque la defensa sobre los pívots lucenses se endureció y mejoró.

Pérez y Bas seguían con la muñeca muy acertada desde los 6´75, y ambos firmaron tres triples que dieron con los huesos de Breogán por debajo en el marcador. Los locales lloraban ahora amargamente por la ventaja de diez dilapidada en un santiamén.
Y es que de un 38-30 se pasaba a un 38-42 en un 0-12 decisivo, con Coppenrath también en sus mejores momentos gracias a tres canastas seguidas. Veinticinco puntos anotaban los de Berrocal en este periodo, los mismos que en los primeros veinte minutos de la contienda.

El Menorca utilizó una ventaja de cinco puntos al entrar en el cuarto periodo (45-50) para maniatar al Breogán. Un triple de Matalí dejaba helado al Pazo, y las lagunas defensivas del conjunto de Pepe Rodríguez, junto a un paupérrimo porcentaje de dos de once desde la línea de triples, dejaron casi visto para sentenciar a un conjunto breoganista que sigue sin tener las ideas claras en el ataque.

Rodríguez buscaba la reacción con un tiempo muerto en el ecuador del cuarto (47-54), pero poco a poco los de Berrocal se escapaban hasta los diez puntos de margen apenas a dos minutos del final, con 52-62.

En los compases finales, tramo eterno con los dos equipos yendo constantemente a la línea de tiros libres. Jiménez y también Pérez dieron vida al Breogán con sus errores en los tiros libres, pero la victoria no peligró.