Aunque suele pensarse que la mala alimentación es la responsable de la obesidad, no es la única causa que la provoca. | Freepik

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Los casos de obesidad están en alza y cada vez hay más personas que se ven afectadas por esta patología. ¿Qué la provoca? El especialista en Salud Pública, Joan Carles March, explica que «las causas de la obesidad varían de una persona a otra». Una de ellas es la genética, ya que «las pequeñas variaciones pueden hacer que seas más propenso a ganar peso y desarrollar obesidad. Los investigadores hallaron al menos 15 genes que influyen en la obesidad».

Otra causa es hormonal, puesto que «el equilibrio de hormonas en el cuerpo puede tener un impacto significativo en el apetito, las elecciones de alimentos y en la cantidad de energía que se gasta». También influe el «estrés, puesto que los altos niveles pueden dar lugar a una ingesta excesiva y a un aumento de peso».

El sueño es otro factor determinante en la obesidad, ya que «la cantidad y la calidad pueden afectar a las hormonas. Por ejemplo, dormir poco puede dar lugar a comer más». La ingesta de fármacos también puede provocar «un aumento del apetito o afectar al metabolismo, causando un aumento de peso». También son muy relevantes el entorno y estatus socioeconómico. «El lugar donde vives y tu acceso a diferentes tipos de alimentos están relacionados con el desarrollo de obesidad», expone March.

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«La obesidad es una enfermedad»

«Hay muchos factores y causas que provocan la obesidad, y una vez que se tiene no es fácil perder peso. Además, la obesidad es una enfermedad». En este punto, expone que «es necesario eliminar el estigma asociado a la obesidad para garantizar que las personas con la enfermedad reciban la ayuda que necesitan».

El citado experto expone que «el tratamiento inicial de la obesidad incluye cambios en la pauta alimentaria y el aumento de ejercicio físico. Junto a estas estrategias y, en función del grado de obesidad, se pueden administrar fármacos u optar por la cirugía bariátrica con la finalidad de potenciar la pérdida de peso».

March resalta que «los fármacos actuales son un hito, pues modulan a nivel cerebral los mecanismos de regulación del hambre y la saciedad, ofreciendo así un nuevo paradigma en el manejo de la obesidad». En este sentido, detalla que «los tratamientos farmacológicos para la obesidad incluyen agentes que actúan directamente sobre los centros de hambre y saciedad en el cerebro y alteran las vías metabólicas para reducir el almacenamiento de grasa y aumentar el gasto energético. Estos desarrollos son particularmente prometedores con la introducción de los agonistas del péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1) y las combinaciones con otros agentes, como los agonistas de péptido inhibidor gástrico (GPI). Estos medicamentos contribuyen a mejorar los perfiles metabólicos y a mantener los resultados a largo plazo».

No obstante, advierte que «es fundamental que estos innovadores fármacos vayan acompañados de un enfoque holístico que incluya cambios en el estilo de vida y una intervención temprana, para maximizar los beneficios y mitigar las enfermedades asociadas con el sobrepeso. Así, la combinación de tecnología farmacológica avanzada y una mejor educación sobre la salud pueden marcar la diferencia en la vida de millones de afectados por la obesidad».