Imagen corporativa de una aeronave de Ryanair. | Piotr Mitelski

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La polémica siempre ha acompañado a Ryanair, la singular aerolínea de bajo coste irlandesa que ha sido noticia a lo largo de la semana a raíz de las denuncias trasladadas por varios usuarios -y secundadas por otros más- en referencia al comportamiento y las supuestas malas formas del personal de tierra, más concretamente del encargado de las puertas de embarque, respecto a los clientes, algunos de los cuales han referido que no volverán a volar con una compañía que cuenta con un importante volumen de negocio y actividad en Son Sant Joan.

La primera llegó en la tarde-noche del lunes, cuando la pasajera de un vuelo entre Palma y Barcelona denunció que el personal encargado del embarque le impidió subirse a la aeronave, reclamándole con malas formas un plus por el volumen extra de su equipaje. Esa trabajadora mallorquina sufrió en el mismo aeropuerto un ataque de ansiedad, según relató su madre ante su presencia, teniendo que regresar a la terminal para auxiliarla.

La mujer se mostró visiblemente afectada por una situación presenciada por numerosos testigos, entre ellos los mismos pasajeros del vuelo y variado personal aeroportuario y de seguridad. La víctima asegura que su equipaje cumplía con los requisitos para embarcar y llegó incluso a suplicar de rodillas que la dejaran acceder a la aeronave, que despegó sin ella ante la inflexión de la persona responsable del embarque, quien a su vez le trasladó que iba a informar de la situación vivida antes de que la pasajera y parte reclamante lo hiciera por su cuenta.

La otra versión

Desde la compañía, ante la repercusión e impacto de la noticia, recabó información respecto a los hechos y la trasladó a Última Hora. Y explicó que esa pasajera «reservó una tarifa no prioritaria para este vuelo de Palma de Mallorca a Barcelona (27 de enero), que le permitía llevar una pequeña bolsa personal a bordo. Como la bolsa de esta pasajera superaba el tamaño permitido, se le exigió correctamente que pagara una tasa estándar por equipaje en la puerta de embarque (50 €), pero se negó a hacerlo». Posteriormente, aseguran desde Ryanair, «esta pasajera molestó al personal de la puerta de embarque del aeropuerto de Palma de Mallorca, por lo que el agente de la puerta le denegó el embarque».

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Días después de este incidente, acaecido el pasado lunes 27, otro pasajero denunció un nuevo episodio de tensión con el personal de embarque de Ryanair, acaecido el pasado 4 de enero y en un vuelo entre Palma y Madrid, hablando de «maltrato» en ese momento. «De malas maneras y faltándole al respeto a mi mujer, nos dijeron que el equipaje que llevábamos no podía pasar», aseguraba este usuario, quien remarcó que, con el mismo equipaje, a su regreso desde Madrid «no nos miraron el equipaje y pasamos sin problemas».

La víctima relató que el incidente fue visto por varios pasajeron que fueron testigos, algunos incluso voluntarios a la hora de prestar su declaración si fuera necesario, junto a personal de seguridad de Son Sant Joan, generando también las quejas de los otros usuarios. «Les pidieron un poco de educación y menos chulería», añadía, recordando que les hicieron pagar «140 euros por el equipaje; les entregué 150, no me dieron el cambio y me dijeron que la factura me llegaría cuando aterrizara en Madrid... y todavía no he recibido nada», denunciaba este pasajero del Port de Pollença.

Contencioso

A la par, la polémica que rodea a Ryanair se ha extendido a nivel institucional y gubernamental. Y es que vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, afirmó que «una empresa como Ryanair debe cumplir la legalidad vigente y el Gobierno debe velar por los intereses de los españoles y defender algo que forma parte de la vida de la gente». Díaz se sumó a otros miembros del Gobierno que respondieron a las polémicas declaraciones del presidente del grupo aéreo irlandés, Michael O'Leary, en las que llamó «ministro loco comunista» al titular de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, por las multas de 179 millones de euros impuestas a cinco aerolíneas de bajo coste, incluida Ryanair, por cobrar por el equipaje de mano.

A estas polémicas declaraciones de O'Leary se añade el intercambio de mensajes que mantienen desde hace dos semanas el consejero delegado de Ryanair, Eddie Wilson, y Aena por las tasas de los aeropuertos regionales y en el que el operador aeroportuario cuenta con el respaldo del ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente. Puente y Wilson han intercambiado estos días sendas misivas en las que abordan las desavenencias que han tensado la relación entre Aena y la aerolínea, surgidas a raíz del anuncio de esta última de recortar 800.000 plazas en los aeropuertos regionales españoles este próximo verano, debido al elevado importe de las tasas.

El ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, aseguró que la aerolínea irlandesa «se ha ganado muy bien la vida en España». Hereu ha pedido a Ryanair que «abandone la retorica», al tiempo que se ha mostrado convencido de que puede seguir desarrollando «una política muy positiva» en España.