Durante su trayectoria, dejó a su paso precipitaciones sin precedentes: en Grecia se acumularon más de 700 litros por metro cuadrado en apenas 18 horas, mientras que en Libia se registraron 414 litros en un solo día en la ciudad de Al-Bayda. Estas lluvias extremas provocaron el colapso de infraestructuras críticas, desencadenando una catástrofe humanitaria. La huella fue devastadora, con un número de víctimas mortales que osciló entre 4.000 y 10.000 y daños económicos que superaron los 20.000 millones de dólares.
Un estudio publicado en la prestigiosa revista Climate ans Atmospheric Science, en el que han participado investigadores del Institut Mediterrani d’Estudis Avançats (Imedea) y la UIB, identifica las elevadas temperaturas del Mar Mediterráneo, que alcanzaron anomalías de hasta 5,5 grados centígrados por encima de la media histórica en algunas zonas, como el principal factor que intensificó la tormenta. Estas temperaturas proporcionaron energía y humedad adicionales que potenciaron la intensidad del ciclón y sus precipitaciones extremas.
Para entender el impacto de las altas temperaturas del Mediterráneo en la tormenta Daniel, los científicos usaron un modelo climático llamado Weather Research and Forecasting. Este modelo permitió simular dos escenarios: uno con las condiciones reales de 2023 y otro eliminando el efecto del calentamiento global en la temperatura de la superficie del mar.
Las conclusiones han sido muy claras. Las altas temperaturas añadieron más humedad al aire, generando lluvias nunca vistas antes, especialmente intensas y devastadoras. En Grecia, las precipitaciones rompieron récords históricos, mientras que en Libia, donde la tormenta alcanzó características tropicales, las lluvias fueron aún más destructivas.
En segundo lugar, los investigadores confirmaron que el calentamiento global fue un factor clave y determinante en las temperaturas extremas del Mediterráneo, intensificando tanto la fuerza como los daños de la tormenta. Sin estas anomalías de temperatura, la tormenta habría sido mucho menos severa.
En tercer lugar, el modelo climático logró reproducir con exactitud los patrones de lluvia registrados durante la tormenta, lo que valida la metodología y destaca la importancia de estas herramientas para anticipar fenómenos extremos.
El Mediterráneo ha experimentado un aumento sostenido de las temperaturas en los últimos años, con récords consecutivos durante los meses cálidos de 2022 y 2023. Este calentamiento no sólo intensifica las tormentas tropicalizadas como Daniel, sino que también amplifica otros fenómenos extremos, como las olas de calor y las precipitaciones intensas en Europa central.
Daniel Argüeso, uno de los autores del estudio y profesor de Física de la Terra en la UIB, afirma que «sin unas temperaturas del mar tan altas, la tormenta Daniel no habría generado unas lluvias tan extraordinariamente intensas».
El apunte
El reto urgente de la adaptación a un nuevo paradigma climático
6 comentarios
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CococolasSi. Está bien matizado por su parte, estoy de acuerdo.
mentrestant la dreta cappitalista diu que fomentarà l'ús del petroli més que mai, són uns irresponsables
Ladrón de GuevaraBuenos días. Me he abstenido de valorar su comentario. No podría hacerlo. El suyo es una disyuntiva. Desde mi punto de vista no es así. Es cierto que hay que reducir las emisiones de CO2, pero aunque así fuera el cambio climático no dejará de afectarnos. La conentración de CO2 ya acumulada no se reducirá facilmente y seguirá produciendo efecto invernadero. Debemos reducir las emisiones y rezar, pero "a Dios rogando y con el mazo dando". Los principales esfuerzos deben dirigirse a defenderse de los inevitables efectos, y en segundo plano mantener una política de reducción de emisiones, al tiempo que reforeste el medio ambiente. Nunca, en ningun caso deben invertirse todos o demasiados recursos en la descarbonización de la economía; harán falta para la supervivencia social a corto. No soy negacionista. No niego los hechos. Solo digo que el en Europa se está errando en las soluciones porque la política ha invertido las prioridades. Desde mi experiencia, todo aquello tocado por el dedo politico acaba en fracaso o en fraude. Esta no es la primera crisis medioambiental a nivel mundial. La primera fue la destrucción de la capa de O3. Estamos en vias de resolverlo definitivamente. Como no se hizo bandera política de ello, no hubo divergencias en el qué, ni en el cómo. Lo del CO2 es otro cantar,;los intereses económicos han dejado que entre la política en su beneficio. Pinta mal. Un saludo.
de seguro podemos sacar alguna correlación con que los turistas mean mucho en el mar mediterráneo y por eso estaba caliente, ergo fuera turistas
y vox negando el cambio climático,,,,,
Así es. Podemos reducir a la mitad las emisiones de CO2 o podemos rezar cada día para que no vuelva a suceder. Que cada uno escoja lo que prefiera, pero si el médico le advierte que deje de fumar porque está al límite de un infarto yo le haría caso.