José Ignacio Ramírez en una consulta en el centro de salud de Santa Ponça. | Teresa Ayuga

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Recoge este martes en Madrid el Premio 2024 de Medicina General y de Familia de la Real Academia Nacional de Medicina (RANME). José Ignacio Ramírez Manent es licenciado en Medicina por la Universidad Autónoma de Barcelona (1983), con especialidad en Medicina Familiar y Comunitaria y en Medicina de la Educación Física y Deporte. Doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (2008) y profesor universitario.

Recibe este reconocimiento por toda una vida como médico de familia ¿Qué supone para usted?
—Supone el culmen a mi carrera. Es un orgullo que reconozcan mi trayectoria profesional a través de este premio nacional, es muy satisfactorio ostentar el título del mejor médico de familia del país del año 2024. No me lo esperaba, me avisaron el pasado 3 de diciembre y no sabía que me habían propuesto para ello. Es un reconocimiento que proponen las universidades o sociedades científicas por el ejercicio profesional y por la actividad de docencia.

¿Qué indicadores valoran?
—Valoran tres ámbitos. En primer lugar el trabajo asistencial, como médico de familia. En segundo, la actividad docente. Soy profesor de Medicina de Familia en la Facultad de Medicina de Baleares (UIB). También imparto Fisiología Humana en la Universidad Pontificia de Comillas (CESAG) en los grados de Enfermería y de Educación Física y Deporte, dónde también soy profesor de Anatomía. Colaboro además con otras universidades, como la de Castilla La Mancha y la Autónoma de Madrid. Por otro lado, el tercer componente que han evaluado es la faceta investigadora. Tengo más de 120 artículos publicados en revistas científicas internacionales, diez capítulos en diferentes libros de medicina y soy investigador senior en el IdsiBa, en epidemiología y educación para la salud.

Una actividad enorme ¿Cuántos años de profesión suma?
—También hago guardias. Estoy a pleno rendimiento (risas). Llevo 42 años ejerciendo como médico de familia.

¿Siempre en Mallorca?
—Prácticamente sí. Soy menorquín y comencé en Menorca mi carrera profesional pero desde el año 88 ejerzo en Mallorca.

Los médicos de familia ¿están suficientemente reconocidos?
—No, no estamos lo suficientemente reconocidos y es una pena. Soy tutor de residentes desde hace más de 30 años y cada verano rotan residentes de otros países de Europa y nos comentan las diferencias. En Europa el médico de familia se valora y se reconoce prácticamente la totalidad de los problemas de salud se resuelven en Primaria. Es una especialidad de cuatro años y debería estar más reconocida a nivel social, a nivel político y de gestión sanitaria.

Es el profesional con una visión más amplia de la salud.
—Sin duda, es el profesional que más conocimientos de la salud en general tiene. Un médico de familia tiene que tratar todas las especialidades médicas y no puede centrarse en un único ámbito, como hace un cardiólogo, por ejemplo. Si lo comparamos con una orquesta, el médico de familia es como el director. El primer violín será el cardiólogo, la primera trompeta el neumólogo… pero sin director de orquesta no sale la música adecuada. Es el que coordina todos los instrumentos para que suene la melodía de la forma más correcta posible.

¿Cómo ha evolucionado la atención primaria desde que usted ejerce?
—Ha tenido sus altos y sus bajos. Hubo un momento en que era muy potenciada, cuando se empezaron a abrir los centros de salud. Luego llegó otra época en la que se limitó mucho, porque se crearon gerencias únicas y se unificó la gestión desde hospitales. Llegaban muy pocos recursos a primaria. En últimos años hemos ido avanzado, dentro de las posibilidades económicas y los recursos de nuestro sistema salud y en nuestra comunidad la Atención Primaria se ha ido potenciando en los últimos años. En nuestros centros de salud ya se realiza cirugía menor, tenemos ecógrafos en todos los centros de salud, dermatoscopios... con todo ello ayudamos a disminuir la presión hospitalaria.

¿Qué tiene que mejorar?
—Pues ese mayor reconocimiento social quizá a través de los propios medios de comunicación, de la política y de los gestores sanitarios, que se valore la importancia que tienen los médicos de familia dentro del sistema sanitario y su capacidad de resolución de la mayor parte de los problemas que se producen. Entre el 93 y 95 por ciento de los problemas de salud se solucionan en Atención Primaria. Hay que ser conscientes de que si no existiera este nivel asistencial y todo esto llegase directamente a los hospitales, seria imposible mantener el sistema de salud. Esto es lo que hace que en Europa, una especialidad tan importante como la nuestra, sea reconocida tanto por la población como por el sistema político.

También a nivel profesional. Faltan médicos de familia.
—Sí, habría que dotar de más profesionales a los centros de salud. Pero esto ocurre no sólo a nivel Balears, es un problema que se da en todas las comunidades autónomas. Hay un déficit importante sobre todo de médicos de familia y de pediatras.

¿Y a nivel recursos? ¿Dónde se puede crecer?
—Tendríamos que poder disponer de todo tipo de analíticas, exactamente igual que en los hospitales, poder hacer más pruebas diagnósticas en los centros de salud, radiografías, resonancias… en este sentido, podríamos estar al mismo nivel que un hospital y se podrían resolver muchas más situaciones sin necesidad de llegar a segundo o tercer nivel.

¿Mejorarían así las listas de espera?
—Eso es difícil de asegurar. La sanidad es un pozo sin fondo y está demostrado que cuantos más recursos se ofrecen, más demanda hay. Quizá disminuirían las listas de espera en los hospitales pero no se si a nivel global. Pero sí se solucionaría de forma más económica, porque estos procesos son más costosos y gravosos a nivel hospitalario.

Hay que educar en un mejor uso de los recursos sanitarios.
—Sí, y no sólo a nivel sanitario, creo que a todos los niveles. Vivimos en una sociedad muy ansiosa, que tiene una necesidad de solución inmediata. Quiere todo al instante y eso se extiende a la sanidad. De la misma forma se pide la urgencia médica para ya, cuando muchas veces puede esperar.

¿Tiene tiempo suficiente para atender a los pacientes?
—No, la verdad es que no. A medida que cumples años aprendes a gestionar mejor ese tiempo pero muchas veces es insuficiente. A nivel burocrático también, se hace más papeleo que antiguamente y eso nos quita tiempo para poder atender al paciente.

¿Cómo va la gripe? ¿Alguna recomendación?
—Pues con las urgencias del centro de salud saturadas como era de esperar. Es importante que la gente se vuelva a concienciar del uso de las mascarillas para evitar contagios y que se vacunen contra la gripe.