Miguel Botella, catedrático en la Universidad de Granada, sujeta una de sus obras. | PEPE MARÍN/IDEAL.

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Miguel Botella (Granada, 1949) es catedrático emérito de Antropología Física y Forente en la Universidad de Granada. Con un gran prestigio en su ámbito de investigación, en 2003 lideró el análisis de los, por entonces, supuestos restos de Cristóbal Colón en la Catedral de Sevilla. El próximo lunes, ofrecerá en la UIB la conferencia Historia antropológica de la familia Colón, invitado por la Fundación Cristóbal Colón de Mallorca.

¿Cómo recuerda esa exhumación y análisis de los restos de Cristóbal Colón en Sevilla?
Estudié los huesos de Cristóbal, los de su hermano Diego, que estaban en La Cartuja de Sevilla, y los de su hijo Hernando, que también estaban en la catedral. Había una gran expectación, pero los restos de Cristóbal consistían en 150 gramos de pequeños trozos de huesos. No había ningún diente ni ningún fragmento del cráneo. Tuve esos restos durante seis días en mi despacho y en mi laboratorio. En unos pocos meses hice públicos los resultados. Efectivamente, eran de Cristóbal Colón. Los de Hernando y Diego estaban mejor conservados, aunque éste último no tenía cráneo. Cuando se abrió la caja que contenía los restos de Colón, que era de plomo dorado, no sabíamos lo que íbamos a encontrar, pues no se habían tocado desde su llegada a Sevilla desde La Habana, en 1898.

¿Por qué quedaba tan poco de Cristóbal Colón?
Colón murió en Valladolid en 1506. Desde entonces sus restos pasaron por Sevillla, Santo Domingo, La Habana y, tras la pérdida de Cuba en 1898, de nuevo llegaron a Sevilla. Podríamos decir que Colón viajó más de muerto que de vivo.

¿Qué se puede decir de los supuestos restos que están en Santo Domingo?
No podemos saber si pertenecen a Colón. Cuando hicimos los análisis en 2003, solicitamos que nos cedieran esos restos de Santo Domingo o desplazarnos nosotros allí para estudiarlos. Nos denegaron ambas opciones, supongo que para evitar el riesgo de determinar que esos restos no son de Colón. Al igual que en Sevilla, los restos de Santo Domingo son también poca cosa.

¿De esos 150 gramos de pequeños trozos de huesos se puede sacar alguna conclusión de cómo era Colón físicamente?
Pude concluir que eran de una misma persona. Es decir, esos restos no estaban mezclados con los de otra persona. Corresponden a un varón de entre 60 y 70 años que no tenía grandes problemas de degeneración ósea y que fue descarnado, seguramente cuando el cuerpo fue trasladado por primera vez a Sevilla en 1509, lo que era una práctica propia de la época.

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¿Le parece muy importante saber dónde nació?
No soy historiador. Estaría bien saberlo como curiosidad histórica porque se trata de un personaje muy conocido que cambió el mundo, pero no me parece un dato fundamental.

¿Vio el documental ‘Colón ADN, su verdadero origen’, emitido recientemente?
Sí, lo vi. Me pareció mal, muy apresurado después de 21 años de confirmarse que los restos de Sevilla son de Colón. El documental no está sustentado por una base científica. De hecho, sus supuestas conclusiones no han sido publicadas en ninguna revista científica, que es lo que procede en una investigación relevante o significativa. Al contrario, no ofrece ninguna certeza y ha generado más dudas que antes. También ha generado malestar y disgusto entre historiadores y genetistas. De hecho, mientras emitían el documental, mi teléfono echaba humo. Era gente que se tiraba de los pelos.

El responsable del documental es otro catedrático de la Universidad de Granada, José Antonio Lorente, que fue alumno suyo.
No sólo ha sido alumno mío. He trabajado con él y somos amigos.

¿Ha hablado con él después de la emisión o le consultó algo durante la preparación del documental?
Ni una cosa ni la otra. La verdad, no me explico lo que ha pasado con este documental. Está sujeto con alfileres. Son campanas al vuelo con una base muy endeble. Sin fundamentos científicos, todo es pura especulación.

Va a Mallorca a dar una conferencia y le esperan, en el buen sentido, personas que defienden la mallorquinidad de Colón.
Espero que no me maten. Lo digo en broma. No voy a entrar en ese tema. No es mi campo de investigación. Sé que se dice que Colón era hijo del príncipe de Viana y una mallorquina. Vi los restos del príncipe de Viana en Poblet, pero en la caja estaban mezclados los de tres personas. El análisis del ADN no determina dónde nació una persona. La verdad, sólo podríamos saber dónde nació Colón si encontrásemos un documento definitivo. Sin embargo, si en más de cinco siglos no se ha encontrado ese documento, va a ser difícil que ahora aparezca.

Puede haber indicios, pero no pruebas de que Colón era mallorquín.
Sí, teniendo en cuenta la tradición cartográfica y de navegación de Mallorca en esa época, pero yo ya hice mi trabajo en 2003 y desde entonces no tengo nada más que añadir al respecto.