Imagen de turistas en las calles. | Jaume Morey

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El Govern estudia diferentes vías para desencallar gran parte de los proyectos financiados con la recaudación del Impuesto de Turismo Sostenible (ITS) que no muestran un ritmo de avance satisfactorio. Una de las vías que se cree podría resultar más efectiva es la de las penalizaciones por retrasos.

Según fuentes del Ejecutivo balear, son varios los proyectos que fueron aprobados en el pasado para ser financiados con la ecotasa y que permanecen atascados o, en su defecto, sin presentar el desarrollo que deberían, lo cual lastra la buena marcha del plan global de mejora del destino turístico y condiciona las posibilidades de nuevas inversiones.

Sean ayuntamientos o consells insulares los responsables de los proyectos, el Govern considera que sería necesario espolear esas actuaciones mediante la implementación de penalizaciones que podrían traducirse en una significativa reducción de los fondos destinados. Máxime cuando ya se han producido varios toques de atención a las entidades competentes, especialmente en proyectos que datan de 2018 o 2019 y se encuentran muy retrasados todavía.

La Conselleria de Turisme, Cultura i Esports que dirige Jaume Bauzá ha concretado esta semana en la World Travel Market de Londres los fondos derivados del ITS que actualmente están sirviendo para el desarrollo de proyectos en Balears. Se trata de más de 200 actuaciones subvencionadas con 470 millones de euros (380 millones más y otros 90 millones de euros extraordinarios de 2023).
Además, hay que sumar otros 260 millones en fondos europeos que también van dirigidos a la transformación del destino.

La Comisión del ITS se reúne este viernes para aprobar los próximos proyectos, los cuales serán votados en asamblea y ratificados definitivamente la semana que viene en el Consell de Govern. Entre otras cosas, el Govern pretende dedicar parte de esos fondos a la lucha contra la oferta ilegal de alojamiento vacacional.