Los pescadores denuncian malas prácticas por parte de grandes atuneros

«Las embarcaciones de cerco, cuando encuentran un banco de atunes clavan las redes durante uno o tres días, ya que lo que realmente les interesa son los atunes para engorde. En este periodo de tiempo, hasta que llegan las cajas para pasar los atunes y hacer el cómputo final, muchos de los ejemplares mueren dentro de las redes y los atuneros los sueltan al fondo del mar», explica Bonnín al denunciar esta práctica que aunque no está permitida es conocida por los pequeños profesionales de Baleares.

«Cuando nuestras barcas de arrastre faenan, al subir las redes se encuentran con grandes ejemplares de atún muertos en avanzado estado de descomposición depositados en el fondo del mar, lo que supone que el trabajo de toda una jornada se pierde ya que no se puede comercializar todo el pescado recogido», añade Bonnín.

Es más, además de suponer perder todas las capturas de ese día, también se pone en peligro las artes pesqueras que no están preparadas para arrastrar ejemplares de atún que pueden llegar a pesar más de 200 quilos, «así como poner en peligro a la tripulación de la embarcación según el estado en que se encuentre el mar», añade el secretario de la Federació, Carlos Ros.

Domingo Bonnín recuerda que el mar balear es el mejor caldero de atún rojo y que gracias a los planes de regulación y gestión en la actualidad hay una gran cantidad de atún en nuestra aguas. Así lo expuso durante la reunión en Croacia donde hizo llegar también las imágenes de la realidad con la que tienen que enfrentarse las 32 barcas de ‘bou’ de Balears. «El consejo asesor tomó nota junto a los vídeos que también les hemos hecho llegar», recuerda.

Por otra parte, Bonnín aprovechó también reunión con los máximos responsables europeos en materia de pesca del Mediterráneo para reclamar una mayor cuota de capturas de atún rojo para la flota de artes menores de Balears, un aspecto que también reclamó el lunes el conseller de Agricultura, Pesca i Medi Natural, Joan Simonet, durante una reunión en Luxemburgo. «La pesca de artes menores es más sostenible y siempre resulta la más perjudicada frente a la pesca industrial de los grandes atuneros», recalcó.