Imagen del director de Producto Local, Joan Llabrés. | Pere Bota

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Muchos hablan de apostar por el consumo de productos agroalimentarios locales pero ello no es fácil si antes no se tiene una definición clara de lo que es producto local. Este ha sido uno de los trabajos que ha realizado el director general de Qualitat Agroalimentaria i Producte Local, Joan Llabrés (Palma, 1975) en el primer año de legislatura. Incrementar el consumo de los productos producidos en Balears o evitar los fraudes a los consumidores vendiendo género con sello ‘local’ cuando en realidad no es así son algunos de los retos que afronta ahora Llabrés.

Nos llenamos la boca diciendo que hay que apostar por el producto local o de Km0 pero hasta ahora no hay una definición clara. ¿Qué es producto local?
—La definición ha sido consensuada con el sector y se incluirá en la modificación de la Ley Agraria. Producto local es todo aquel que venga del sector primario y, en el caso de los productos transformados, son aquellos que estén elaborados por el sector primario. Además, también se incluyen los alimentos de Denominación de Origen (DO) e Indicación Geográfica Protegida (IGP).

¿Entendemos pues que la sobrasada hecha en Mallorca pero con carne de cerdos traídos de la Península será producto local?
— Nos debemos regir acorde a la normativa estatal y europea. No podíamos hacer una definición de producto local que estuviera en contra de la normativa europea y esta incluye a las Denominaciones de Origen y las Indicaciones Geográficas Protegidas. Legalmente no hay opción.

¿Aunque sería cuestionable?
—Los alimentos con DO e IGP están protegidos por sus características y por su condición de alimento tradicional. Hay una protección que entendemos que se debe respetar.

Unió de Pagesos presentó una propuesta para etiquetar los productos locales con un marcador similar a la eficiencia energética en los electrodomésticos. ¿Se lo plantean?
—Hemos recogido la propuesta y se puede estudiar de cara al desarrollo reglamentario de este concepto. La definición dentro de la ley debe ser más genérica. Lo principal era que hubiera una cobertura legal que no estaba incluida en la anterior Ley Agraria. Luego, la idea de la Conselleria es establecer un sistema de identificación.

La pasada legislatura se hizo un estudio sobre el producto local en las grandes superficies y hubo sorpresas ya que había muy poco...
—Creemos que la identificación como producto local será una ventaja competitiva para los operadores. Todas las encuestas nos dicen que el consumidor valora mucho el origen de los productos. Hay una alta predisposición del consumidor a comprarlos. En realidad, tenemos un estudio sobre las cadenas alimentarias que indica que el consumidor se cree que la mitad de lo que compra es producto local y no es así.

¿Sabemos qué índice de consumo de producto local tiene Balears?
—No hay datos concretos ya que depende del sector y de la temporada. Los estudios dicen que el producto local representa entre un 15 o un 20 %; es el máximo que a día de hoy producimos de alimentos del consumo total. Aquí tenemos que tener en cuenta el consumo de los residentes y también de turistas.

El artículo 102 de la Ley Turística dice que los establecimientos turísticos deben ofrecer al menos un 3 %, ¿Saben si esto se cumple?
— El Consell de Mallorca es quien lo tiene que vigilar a través de los inspectores de Turismo. Nosotros hemos hecho formación a los inspectores para que tuvieran claro qué computaba y qué no computaba. Nos consta que el Consell ha requerido a los establecimientos que justifiquen lo que se consumió en el 2023 para conocer cuanto se ha gastado en alimentación y cuanto es producto local.

Corría el rumor que los hoteleros querían incluir el agua como producto local. ¿Es posible?
—Tenemos que hacer una lectura muy estricta de lo que dice el artículo 102 de la Ley Turística y habla de productos de la agricultura, la ganadería y la pesca. El agua y la sal son alimentos, pero son productos minerales. No proceden de la agricultura, ni la pesca, ni la ganadería.

¿Hay que ir más allá del artículo 102 de la Ley Turística?
—Creemos que debemos construir puentes entre el sector primario y el turístico. No hay un diálogo entre los dos sectores. En este sentido queremos hacer alguna jornada para que se puedan poner en contacto.

El pasado verano los productores de ‘mè ecològic’ lanzaron una campaña pidiendo a los hoteleros que apostaran por el producto de aquí y, en realidad, no hubo una gran respuesta. ¿No hay interés real?
—Al final todo el mundo deberá hacer un esfuerzo para que esto funcione. El sector hotelero deberá ser consciente que debe pagar un precio justo por los productos que se producen aquí, que son más caros que los de la Península. Y el sector primario deberá adaptarse a los nuevos cambios.

Otra de sus tareas es el control de lo que se ofrece al consumidor. Hace dos semanas su departamento alertó que el 61 % de la restauración no identifica bien el origen de sus productos. ¿La cifra es preocupante?
—Hasta ahora nos centrábamos en el control solo de alimentos con sello DO o IGP, pero no se controlaban alimentos anunciados en las cartas como de origen local y que no lo son. Esto es lo que hemos hecho ahora para controlar indicaciones como el ‘Mè mallorquí’ o el ‘porc negre’. Son indicaciones que no están protegidas por una IGP pero que nos encontramos que hay un porcentaje alto de los controles realizados (un 61 %) que tienen incumplimientos en sus cartas.

Un ganadero hace años que aseguraba que no hay tanto ‘porc negre’ para abastecer todo lo que se anuncia en las cartas de los restaurantes...
—Sí, lo hemos detectado. De todas las menciones que hemos encontrado de ‘porc negre’ en los restaurantes, solo un 25 % se ha podido verificar que lo fuera.