En el caso de Mallorca, la demanda urbana de agua se incrementó un 18,5 % en el mismo período. En este caso, el consumo fue en el año 2000 de 65,77 hectómetros cúbicos, con 91,57 suministrados. Las pérdidas fueron del 28,17 %. En 2022, el consumo de Mallorca fue de 77,97 hectómetros cúbicos, con un caudal aportado de 106,57. Las pérdidas fueron del 26,84 %, un descenso igualmente muy ligero respecto al año 2000.
El consumo urbano de agua en el conjunto de las Islas en 2022 fue el tercero más alto en el período mencionado, por debajo de 2017 (103,71 hectómetros cúbicos) y 2019 (102,49, sólo 0,12 por encima de 2022). En los 23 años que abarca el período 2000-22, en siete ocasiones se han superado los 100 hectómetros cúbicos de consumo urbano de agua, en cinco de ellas desde 2016.
Si observamos el agua suministrada, 2022 fue el segundo año con un volumen más alto, con los 138,94 hectómetros cúbicos ya apuntados, sólo por debajo de los 138,98 de 2005, con sólo una diferencia de 0,04 hectómetros cúbicos. En Mallorca, los 106,57 hectómetros cúbicos aportados a las redes en 2022 son el segundo dato más alto del período apuntado, por detrás de 2008, con 106,86 hectómetros cúbicos.
El incremento general del 20,5 % en el consumo urbano de agua entre 2000 y 2022 se da ante una estabilidad de las precipitaciones, con unos años más secos y otros más húmedos. La estabilidad de las lluvias en Mallorca se puede detectar en el período 1959-2019, con 31 años de precipitaciones por encima de la media y 30 años por debajo. Si se analizan ciclos de años, hay 8 períodos por encima de la media y 7 por debajo. Todo ello puede llevar a pensar que, por mínimo que sea, hay un balance de precipitaciones positivo. No es así desde el momento en que se comprueba que las desviaciones respecto a la media de los períodos secos son más acentuadas que las desviaciones de los períodos húmedos.
Vistos estos datos, la demanda de agua aumenta, cuando la disponibilidad es prácticamente la misma. Para atender ese consumo, se procede a extraer más agua de los acuíferos o se recurre, si observamos el caso de Mallorca, a la producción de las desaladoras de agua de mar (Palma, Alcúdia y Andratx), si bien el caudal generado en éstas no llega a toda la Isla.
Normalmente, las mayores extracciones en los acuíferos (que representan, con mucha diferencia, la mayor aportación de agua en Mallorca) se corresponden con menores producciones de las desaladoras. El caso más extremo fue 2011, con una extracción de 73,56 hectómetros cúbicos de los recursos subterráneos de los acuíferos frente a sólo 0,15 toneladas de agua desalada. Por su parte, el año con mayor protagonismo de la desalación fue 2001, en plena época de sequía. Ese año se desalaron 15,17 hectómetros cúbicos, coincidiendo con la menor extracción de agua subterránea de todo el período, con 51,81 hectómetros cúbicos.
3 comentarios
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@ Es barbullot,no tiene en cuenta el aumento poblacional,ni el aumento de viviendas ,muchas de ellascon piscina,ni tampoco el consumo por turismo. Si falta agua sienpre tienen la culpa los ciudadanos,ellos que son los responsables de controlas y ARREGLAR las fugas,nada,siempre igual. No se quiere hablar de que el 65% al 70% del agua extraida es para usos agricolas,legales e ilegales,pero es que no lo saben.,no lo sabian el 2000 ni ahora. Si esos nos tienen que salvar,mal vamos .
Aqui falta un dato importante, cuanta gente más hay de la que habia en el año 2000, si es que lo saben, que lo dudo.
Resumen: no debe faltar tanta agua porque se pierde más, de lo que ha aumentado el consumo en los últimos 20 años. Luego hacéis campaña política.