El precio de la vivienda está disparado.

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El precio de la vivienda en Baleares sigue disparado y sin freno. Así lo han puesto de manifiesto dos informes que han publicado este lunes, 1 de julio, Fotocasa y Pisos.com. El primer portal inmobiliario ha precisado que el coste de los inmuebles de segunda mano se ha incrementado un 7,2 % en el segundo trimestre de 2024 en las Islas y ha destacado que se trata de la subida trimestral más acusada desde el 2005 en este periodo. Si se toma como referencia la evolución interanual, el alza es del 11,8 %. En concreto, el metro cuadrado se ha vendido a 4.254 euros, «el valor más alto registrado en los 17 años de Índice Inmobiliario Fotocasa».

«El precio de la vivienda continúa encareciéndose a un ritmo significativo, cuando están a punto de cumplirse dos años del inicio de esta tendencia acusadamente alcista. El punto de inflexión fue la subida de los tipos de interés de 2022, que avivó la demanda y todavía no se ha moderado, provocando un gran interés por comprar vivienda. Esta demanda colisiona con la falta de oferta de nuevas viviendas que, debido a restricciones en el desarrollo urbano y la falta de suelo, costos de construcción elevados, ha llevado a una tensión en los precios difícil de equilibrar. Las principales plazas con mayor poder de atracción poblacional y turística son las que presentan incrementos más abultados, algo que se mantiene con la desescalada de los tipos de interés y la confianza del consumidor en el sector», explica María Matos, directora de Estudios y portavoz de Fotocasa.

Baleares, donde más se encarece

Otro dato relevante que se desprende del informe de Fotocasa es que Baleares es la comunidad autónoma donde más se encarece la vivienda (7,2 %). Le siguen la Comunidad Valenciana (5,4 %), Madrid (5,2 %), Navarra (4,3 %), Galicia (3,7 %), Andalucía (3,5 %), Región de Murcia (3,5 %), Cantabria (2,9 %), Asturias (2,7 %), País Vasco (1,5 %), Castilla-La Mancha (1,5 %), Extremadura (1,5 %), Canarias (0,7 %), Aragón (0,7 %), Cataluña (0,7 %), Castilla y León (0,6 %) y La Rioja (0,6 %).

En cuanto al ranking de precios por comunidades, Baleares y Madrid, ocupan los primeros puestos, y superan la barrera de los 4.000 euros. En el Archipiélago balear se pagan 4.254 euros por metro cuadrado y en Madrid, 4.215 euros. Ambas comunidades alcanzan máximos, superando los precios de los registros del Índice Fotocasa. Le siguen el País Vasco con 3.186 euros el metro cuadrado; Cataluña, con 2.847 euros y Canarias, con 2.582 euros. Por su parte, Extremadura y Castilla-La Mancha son las regiones más económicas con 1.224 y 1.222 euros por metro cuadrado, respectivamente.

Las Islas, la comunidad más cara

Por su parte, Pisos.com cifra el precio medio del metro cuadrado en 4.392 euros en junio de 2024, lo que supone un ascenso del 6,06 % respecto a diciembre de 2023. Interanualmente, creció un 7,76 %. Baleares fue la autonomía más cara del país, teniendo por detrás a Madrid (4.219 euros el metro cuadrado). En cuanto a la vivienda de segunda mano en España, en junio el precio medio fue de 2.305 euros por metro cuadrado. Esta cifra supuso una subida semestral del 6,71 %. Respecto al segundo trimestre, el ascenso fue del 3,30 %. Interanualmente, el repunte registrado fue del 12,06 %. El ascenso mensual fue del 1,60 %.

«Los precios no dan un paso atrás, animados ahora por el horizonte de una financiación hipotecaria más atractiva», expone Ferran Font, director de Estudios de pisos.com en referencia a la reciente bajada de tipos de interés del Banco Central Europeo. En su opinión, esta desescalada por parte de la institución augura «un reequilibrio frente a las operaciones al contado, que hasta ahora habían ganado terreno». Sin embargo, el experto también espera «un escenario de mayor competencia, con repuntes en los precios agravados por la ya crónica falta de oferta disponible».

De cara a finales de año, Font vaticina pocos cambios «mientras no se acometan políticas estructurales que entiendan la vivienda como un desafío a largo plazo». El portavoz del portal inmobiliario recuerda que «regular con rigidez, penalizando la propiedad, lo único que consigue es desalentar y que se busquen subterfugios para esquivar la normativa».