Pero viene de lejos la controversia que genera la figura de Bauzá. Incluso antes de su paso por el Consolat (2011-15). Ya en su etapa como alcalde de Marratxí tuvo que salir en defensa de la compatibilidad de ese cargo y sus funciones con la farmacia que posee en el municipio. Hace poco menos de un año, Bauzá publicaba una sentencia de la Sala de lo Contencioso del TSJIB que reafirmaba que era compatible que mantuviera la titularidad de su apotecaría con el cargo de alcalde, tras la ya lejana denuncia por parte de Izquierda Unida.
Además, el Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJB) anuló en 2011 un decreto del Ajuntament de Marratxí aprobado cuando José Ramón Bauzá era alcalde, por el cual se fijaban complementos de productividad para algunos empleados municipales que se establecieron, según UGT, «sin criterios objetivos».
Su mandato como presidente del Govern Balear no estuvo exento de enfrentamientos con diferentes sectores, tocando techo con el TIL y la histórica manifestación de septiembre de 2013, que echó a las calles de Palma a miles de ciudadanos en forma de ‘marea verde' para protestar contra el Ejecutivo que encabezaba Bauzá, sus recortes, la falta de diálogo y actuaciones como el decreto del Tratamiento Integral del Lenguas. Su gestión quedó reflejada en las urnas, firmando una debacle histórica para el PP en las elecciones de 2015, que desembocó en su desalojo del partido, antesala de su cambio de bando, para unirse al proyecto de Albert Rivera en Ciudadanos.
Allí pareció encontrar su nuevo espacio, colándose en las listas para dar el salto a Bruselas. Como eurodiputado, Bauzá siguió siendo foco de debate en cada una de sus intervenciones, alejándose cada vez más de la realidad balear, aunque en más de una ocasión se puso sobre la mesa un posible regreso a las filas del PP, que desde Baleares se encargaron de desmentir y zanjar en todo momento, dado el desgaste que supuso en su día la figura del europarlamentario 'naranja'.
Hasta que el 'Qatargate' se cruzó en su camino. Más, porque Bauzá lideraba, desde 2021, un ‘Grupo de Amistad' entre Qatar y la Unión Europea, que tras estallar el escándalo tuvo que suspender, siendo señalado por una serie de estancias y viajes de lujo en Qatar, Bahrein, Arabia Saudí o los Emiratos Árabes Unidos que, junto a otros de sus compañeros, le colocó en el disparadero, más cuando en las redes sociales se deshizo en elogios hacia el primero de esos países, especialmente.
Bauzá tuvo que declarar una serie de viajes que no constaban en sus declaraciones oficiales en el portal del Parlamento Europeo, siendo, según Transparencia Internacional, de los que más declaraciones presentó tras salir a la luz el polémico caso, seis días después de su último viaje. En todo momento, y especialmente a través de las redes, Bauzá negó haber cobrado de Qatar dentro de un caso por el que fue detenida la vicepresidenta de la Eurocámara, Eva Kaili. Curiosamente, José Ramón Bauzá dedicó tiempo haciendo tuits elogiando el servicio de Qatar Airways o Fly Emirates.
Ahora, de nuevo la polémica vuelve a ser compañera de viaje del que fuera inquilino del Consolat durante cuatro años complicados. La investigación abierta por acoso psicológico a un empleado, basada en testimonios y documentos que la validarían, dejan a Bauzá en una situación delicada y en manos a la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, que será quien tenga la última palabra al respecto.
Envuelto permanentemente en la polémica, Bauzá siempre es foco de debate. Cualquier intervención suya, en redes o presencial, genera debate y controversia. Ahora, le toca sortear un nuevo frente que vuelve a poner en el epicentro de la polémica su ya de por sí castigada imagen pública, alejada del día a día de la comunidad que presidió en las filas de un partido que esquiva toda vinculación hacia el, todavía, eurodiputado de Ciudadanos.
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