El estudio, liderado por investigadores del Centro Alemán de Investigación Integrativa de la Biodiversidad (iDiv) y de la Universidad Martin Luther de Halle-Wittenberg (MLU), tiene la participación de investigadores de diferentes organismos internacionales, entre ellos el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, a través de dos centros de investigación, la Estación Biológica de Doñana y el Imedea (CSIC-UIB).
Más riesgo de extinción
Las modificaciones extremas de la talla corporal se conocen como gigantismo y enanismo. En general, en las islas, los parientes de especies continentales grandes tienden a mermar, mientras que las especies pequeñas tienden a crecer.
Algunos ejemplos de estos procesos son maravillas de la evolución ya extinguidas, como los mamuts y los hipopótamos enanos, que llegaron a alcanzar dimensiones inferiores a una décima parte del tamaño de los antepasados continentales, y roedores y gimnuros de tamaño atípico, que alcanzaron un tamaño más de 100 veces superior al original. Entre estas especies también se encuentran los enanos y gigantes, que actualmente están en peligro de extinción, como el búfalo acuático de Mindoro (Bubalus mindorensis), un búfalo enano que tiene unos hombros que miden aproximadamente 100 centímetros de alto, y el conejo jamaicano (Geocapromys brownii), un mamífero parecido a una rata y que tiene un tamaño parecido al de un conejo.
El estudio confirma que la evolución hacia estas características con frecuencia lleva implícito el aumento de susceptibilidad a las extinciones. "Por un lado, los gigantes filogenéticos ofrecen una mayor recompensa para los depredadores", explica el doctor Roberto Rozzi, líder de la publicación. "Por otra parte, parece que la capacidad de oponer resistencia de las especies enanas es menor, lo que facilita que sean cazadas o depredadas por los depredadores introducidos".
Para cuantificar cómo la evolución hacia el enanismo y gigantismo puede haber afectado al riesgo y la tasa de extinción --antes y después de la llegada del ser humano--, los investigadores utilizaron datos de fósiles y de mamíferos insulares vivos provenientes de más de 1.200 especies de mamíferos insulares existentes y de 350 extinguidas de 182 islas y paleoislas --masas terrestres que antiguamente estaban aisladas, pero que ahora forman parte de las zonas continentales-- de todo el mundo.
Los hallazgos indican que las especies que adquirieron los cambios de talla corporal más extremos --ya sean mayores o menores-- son las que tienen más probabilidades de haberse extinguido o de estar en peligro de extinción en las islas. La comparación entre las dos direcciones del cambio de tamaño corporal demostró que las especies gigantes insulares tienen un riesgo de extinción ligeramente mayor que las enanas insulares. Sin embargo, esta diferencia sólo fue significativa cuando se incluyeron especies extinguidas.
Desde la expansión europea por todo el mundo, los mamíferos tanto enanos como gigantes se han visto afectados de una manera similar por las extinciones. "Esto probablemente sea el resultado del impacto de las presiones humanas más intensas y poliédricas, como la sobreexplotación y la pérdida acelerada del hábitat, pero también de la introducción de nuevas enfermedades y de los depredadores invasivos", dice el doctor Roberto Rozzi. Actualmente, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) señala a las islas como foco de extinción de especies, ya que el 50 por ciento de las especies amenazadas son insulares.
Las tasas de extinción
Los investigadores también analizaron el registro fósil mundial de mamíferos en las islas en los últimos 23 millones de años --cenozoico tardío--, y descubrieron una correlación evidente entre extinciones de las islas en todo el mundo y la llegada del ser humano moderno.
"Registramos un cambio brusco en el régimen de extinción de los ecosistemas presapiens en comparación con los ecosistemas insulares dominados por los sapiens. La superposición temporal de los mamíferos insulares con el Homo sapiens incrementó más de 10 veces las tasas de extinción. Sin embargo, nuestros resultados globales no descartan la contribución concomitante de factores ambientales como el cambio climático a las extinciones de alcance local de mamíferos de las islas", explica el autor principal del estudio, el profesor Jonathan Chase, del iDiv y el MLU.
"Aunque es importante adquirir más datos paleontológicos de campo para refinar aún más las cronologías de extinción, las agendas de conservación deberían dar, al mismo tiempo, una prioridad especial a la protección de los gigantes y enanos insulares más extremos, muchos de los cuales ya están en peligro de extinción". "Desgraciadamente, las islas mediterráneas y canarias han perdido ya todos los mamíferos que presentaban las modificaciones espectaculares de tamaño, y ahora hay que priorizar la conservación de los pocos endemismos supervivientes", comenta Josep Antoni Alcover.
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