Se trata del que fingió un coma para desviar el avión y de otro de nacionalidad palestina. | Julio Bastida

TW
1

Solo dos de los 22 fugados del avión patera de Palma evitarán su ingreso en un centro de internamiento en la Península previo a su devolución a Marruecos. El juzgado de guardia ordenó anoche la medida para 19 de los migrantes después de que estos quedaran en libertad y fueran detenidos de nuevo en las puertas de la cárcel de Palma. Los únicos que quedan fuera y permanecerán en libertad son uno de los fugados, de nacionalidad palestina y que, por tanto, no puede ser repatriado de la misma manera y el hombre que fingió haber sufrido un coma diabético y que provocó así el aterrizaje de emergencia del avión en noviembre de 2021 que el resto aprovechó para escapar a la carrera por las pistas de Son Sant Joan. En este caso la devolución no es posible dado que está acusado de un delito de favorecimiento de la inmigración ilegal. Este tipo penal impide que la devolución se ejecute antes de que se lleve a cabo el juicio.

En una situación similar están otros dos acusados, también de nacionalidad marroquí que están acusados del mismo delito. Estos no participaron en la fuga del avión sino que residían en la Isla y dieron apoyo a dos de sus compatriotas para intentar llegar a la Península. Fueron detenidos en Inca por la Guardia Civil y afrontan una petición de ocho meses de cárcel. Un último migrante ingresó también en un centro de internamiento pero en la Península. Estaba en una cárcel de Catalunya después de haber sido arrestado en Barcelona.

La Policía Nacional prevé realizar el traslado de los 19 migrantes a la Península hoy mismo. Una vez que estén en el centro esperarán a ser repatriados. Para eso hay un primer trámite que es que reciban autorización por parte de la Audiencia Provincial, donde ya estaba la causa a la espera del juicio.

La expulsión se precipitó ayer. Con la derogación del delito de sedición del Código Penal, la situación jurídica de los migrantes era mucho menos grave y solo estaban acusados de un delito de coacciones por el que se les reclamaban tres años de prisión. Ante la inminencia de su puesta en libertad, la propia Fiscalía solicitó la medida a la Audiencia. Se reactivó así el expediente administrativo de expulsión que ya tenían avanzado y se ha optado por ejecutar este antes de agotar la vía penal. De esta forma, en el juicio seguró estará el que fingió el coma y otros dos acusados. Para el primero se reclama una condena de tres años y ocho meses de cárcel por dos delitos. Tendrá que comparecer una vez a la semana en la Audiencia y tiene prohibido abandonar Mallorca, por lo que se le ha retirado el pasaporte.