El gerente del hospital Son Llàtzer, Xisco Marí, junto a Jorge Luis Hidalgo, intensivista del hospital de Belice y el director general de Prestacions i Farmàcia, Nacho Pineda, inauguraron el encuentro que durará hasta mañana, viernes.
Se calcula que a diario y de media más de 24 ciudadanos de Balears sufren una sepsis. La estimación es de dos casos por 100.000 habitantes pero es difícil saberlo pues se trata de un síndrome sin registros oficiales. Y es que la sepsis es la respuesta desmesurada del organismo ante una infección bacteriana, viral, por hongos o parásitos y, en una horquilla del 22 al 45 % de los casos, termina en muerte. Sobre los avances tecnológicos aplicados a este síndrome se está hablando estos días en el hospital Son Llàtzer, que acoge el segundo encuentro internacional de Innovación y Sepsis con la participación de una cuarentena de expertos a nivel mundial.
Cualquier infección es susceptible de terminar en sepsis. Todas ellas pueden presentar síntomas habituales como fiebre, «pero cuando sobrepasan cierto punto hay que estar alerta», explica el doctor Marcio Borges, miembro del Comité Científico Coordinador de la Unidad Multidisciplinar de Sepsis de Son Llàtzer y responsable del encuentro. «Al ser un síndrome puede ser muy variable», añade. Es entonces cuando hay que activar un Código Sepsis, un protocolo de gestión integral que el hospital incorporó de forma pionera en 2006. «Se activa dentro de una variabilidad de signos y síntomas en cada paciente e implica a todas las especialidades, ya que hay sepsis en ginecología, en traumatología, en neurología... De ahí que sea necesaria la formación de todos los médicos», advierte Borges.
Y como en el ictus o en el infarto, en una sepsis el tiempo también es determinante, señala el experto. «La probabilidad de muerte se incrementa en cada hora que tardamos con el diagnóstico». Por este motivo la tecnología se ha convertido en una gran aliada. «Ha venido para ahorrar tiempo y mejorar así la capacidad diagnóstica y terapéutica». Por poner un ejemplo, gracias a la nanotecnología «un diagnóstico que puede tardar horas o días ahora puede estar en 20 minutos», señala el especialista. En este sentido, un equipo de Son Llàtzer investiga, desde 2018, en la detección prematura de hasta 48 horas previas a la sepsis, aunque «es complicado», sonríe el especialista del centro. Por otra parte, gracias a la Inteligencia Artificial, «la capacidad de diagnóstico se democratiza y ofrece las mismas oportunidades en cualquier hospital y área». La parte inmunológica del tratamiento ha avanzado en cuanto a efectividad porque ahora se sabe que, al ser un síndrome complejo, debe ser personalizado. «Necesita de abordajes y soluciones multidisciplinares», subralló el experto. En cuanto a prevención, las vacunas, la educación y la higiene son relevantes aunque la edad, las enfermedades crónicas o los fármacos inmunosupresores son factores de riesgo.
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Últimamente ha bajado mucho la inmunidad natural. ¿Por qué será?