El interior de la restauración está cerrado y el horario, limitado.

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El fin del estado de alarma el próximo 9 de mayo no supondrá que se levanten, de facto, todas las restricciones en el sector de la restauración en Baleares. De hecho, la actividad seguirá limitada, aunque todavía está por ver de qué manera. Govern y patronales comenzaron a negociar el lunes. La semana que viene se deben revisar las actuales medidas para frenar la propagación de la COVID-19 y la evolución de la situación epidemiológica, así como las recomendaciones de los técnicos serán determinantes. Por tanto, si se ampliará o no la actividad en la restauración no se determinará hasta la próxima semana.

El fin del estado de alarma no impide que las comunidades puedan dictar normas sobre determinados sectores. Cabe recordar que Baleares, el verano pasado, ya tomó medidas en este sentido, todas avaladas por el Tribunal Superior de Justicia.

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Sin embargo, limitar la movilidad en horario nocturno y el número de personas en las reuniones sociales, como ocurre en la actualidad, se complica sin el amparo del estado de alarma. La consellera de Salut, Patricia Gómez, en línea en las manifestaciones de la presidenta Armengol de las últimas semanas, volvió a reivindicar ayer por la mañana la utilidad del toque de queda. Por este motivo, Baleares fue una de las comunidades que el Consejo Interterritorial de Salut de ayer por la tarde solicitó un decreto ley que ampare a las autonomías para decretar este tipo de restricciones.

En paralelo, la Abogacía de la Comunitat está estudiando cómo proceder sin saltarse la ley tras el estado de alarma. Por el momento, el Govern no ha tomado ninguna decisión en firme ya que está a la espera de las herramientas que pueda proporcionar el Gobierno a las comunidades. Balears no es la única comunidad que ha solicitado mecanismos al Gobierno, por lo que ahora sopesa si esperar o realizar ya una consulta al TSJIB.