Sólo faltaba Kim Basinger, pero Kim sólo hay una. Ultima Hora ha tenido acceso al vídeo que ha destapado el escándalo de la corrupción policial en Calvià, que es casi un homenaje a la película L.A. Confidential: policías corrompidos y extorsiones. De Los Ángeles, años 50, a Punta Ballena, año 2014.
La grabación se llevó a cabo en un club de mujeres de la polémica calle de Magaluf. El establecimiento cuenta con un complejo sistema de seguridad, con cámaras ocultas en salones y estancias. Al parecer, los dueños ya habían tenido problemas con las fuerzas de seguridad y decidieron instalar cámaras para blindarse en caso de extorsión. Esa noche, un agente de la Policía Local de Calvià aparece en el establecimiento. Tras algunos minutos en el local, se dirige a un sofá, levanta los cojines y oculta debajo un paquete de pequeño tamaño.
Al poco tiempo llega otro funcionario municipal de la Unidad Canina, con un pastor alemán adiestrado, que empieza a olfatear por el sofá. Hasta en tres ocasiones el can da vueltas, hasta que finalmente marca algo. El policía levanta el cojín y aparece la droga, presumiblemente cocaína.
A partir de ese momento se suceden los acontecimientos. Los policías locales siguen con el protocolo habitual en estos casos y dan aviso a la Guardia Civil, que envía al local a seis agentes, cinco varones y una fémina. Luego acaba la grabación.
Lo más llamativo es que el local nunca fue sancionado por esa droga que apareció, lo que hace pensar a los investigadores que se trató de una advertencia de las mafias policiales: «Si no colaboras con nosotros, mira lo que te puede pasar».
Según han denunciado los empresarios del vídeo, en su día no lo entregaron por miedo a represalias, ya que las extorsiones y chantajes estaban al orden del día en Punta Ballena.
De hecho, los investigadores creen que son entre 15 y 20 los establecimientos nocturnos de Magaluf que estaban siendo acosados por policías y funcionarios corruptos. Algunos no pagaban las copas. Otros se iban gratis con bailarinas. Y otros, supuestamente, iban más allá y pedían «comisiones».
Otra modalidad delictiva consistía en «castigar» a ciertos negocios, muchos de ellos de británicos, porque eran la competencia de los empresarios amigos de los policías y funcionarios.
Vídeos eróticos
Pero Punta Ballena es la jungla, y los investigadores han descubierto un amplio abanico de extorsiones. A algunos empresarios, políticos, funcionarios y personajes de cierto poder se les invitaba a uno de los locales de copas. Tras algunas consumiciones, cuando el invitado se relajaba, aparecía en escena una espectacular bailarina rumana que se sentaba sobre él y se mostraba muy cariñosa. En ese momento, sin que el protagonista lo supieran, lo estaban filmando. Días después contactaban con él y le enseñaban el material erótico: «No sería bueno que tu familia se enterase». El invitado ya estaba irremediablemente cazado. De ahora en adelante iba a colaborar en todo con la mafia de Punta Ballena.
Los investigadores no saben todavía cuántas personas fueron chantajeadas de esta forma, pero creen que era algo habitual durante años.
El anzuelo de la rumana era irresistible. Tanto como Kim Basinger en L.A. Confidential.
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