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De forma algo insistente, aquí hemos dicho en varias ocasiones que una de las claves para el éxito a largo plazo en bolsa (también a corto porque reduce mucho el riesgo) es diversificar mucho las inversiones. Una de esos focos a los que mirar es el de las bolsas asiáticas. Se trata de un mercado muy poco homogéneo, con características específicas entre uno y otro país. La que más rendimiento ha dado en los últimos años es la japonesa.

Actualmente Japón vive una situación muy novedosa para ellos: se ha acabado la deflación (bajada de precios) que ha durado décadas y hasta se han permitido el lujo de subir tipos de interés.
Este escenario nos plantea una bolsa, por fundamentales, todavía barata, con incremento del consumo y con tipos todavía muy bajos y con un yen que intenta fortalecerse debido a las diferentes políticas monetarias respecto a Europa o Estados Unidos.

Esto, entre otras cosas, puede motivar interesantes operaciones corporativas como la fusión de Nissan con Honda, que daría lugar a un nuevo gigante en el mundo de la automoción.

La India es otro de los mercados que mejores resultados han dado y, tras las fuertes subidas, especialmente desde 2022 (año en que el resto de bolsas cayeron), hay diversidad de opiniones.
Los hay que aseguran que el consumo se ha frenado y que las valoraciones están caras. Y los hay que afirman que el potencial incremento de la clase media provocará una reactivación del consumo generando un impulso a sus bolsas.

Por lo que respeta a Corea, una gran potencia tecnológica, vemos que la inestabilidad política ha lastrado a sus bolsas. La situación, en ese sentido, es caótica, siendo la última noticia la detención del presidente (suspendido de funciones) esta misma semana. La cuestión es ver si el mercado ha castigado demasiado estos acontecimientos, dejando de lado las valoraciones de las grandes empresas. Por ejemplo, su principal empresa, con mucha diferencia, presenta un 42% de descuento según el consenso existente entre los analistas que la cubren.

Por supuesto, hay que hablar de China, empezando por Taiwán, en el foco geopolítico. La deseada adhesión por parte de China Continental es foco de mucha polémica. Precisamente, la bolsa, o mejor dicho, su principal cotizada, tiene mucho que ver: Taiwan Semiconductor es el fabricante de microchips más grande del mundo y los Estados Unidos es su comprador más importante. Para acabar, pero siguiendo con China, sus bolsas están ahora en un punto de inflexión: su ralentización económica está siendo demasiado profunda (en riqueza y en tiempo) y parece que su Gobierno está por la labor de intervenir el mercado para que se recuperen tanto sus bolsas como su mercado inmobiliario. Si así fuera, el impulso, no solo para sus bolsas sería importante, lo sería incluso para las europeas y americanas por la importancia que tienen sus ventas en el gigante asiático, especialmente en sectores como el lujo, la tecnología o los automóviles.

Y todo esto, con permiso de las políticas arancelarias, que parece que se quieren suavizar, y la guerra comercial existente con Estados Unidos y, en menor medida, Europa.