El proyecto incluye infraestructuras clave como gasoductos y valles de hidrógeno, pero ¿qué papel pueden jugar las Balears en este mapa energético europeo? La respuesta está en la hidrogenera verde de Lloseta, una infraestructura pionera que podría posicionar a las islas como un referente en propulsión verde. Lloseta alberga la primera planta de hidrógeno verde de España y Europa; una infraestructura que ha marcado un hito en la transición energética balear. Sin embargo, su impacto podría ir mucho más allá de la producción local si se integra en la red del corredor H2Med.
El hidrógeno renovable producido en Lloseta tiene el potencial de alimentar sectores clave en las islas:
• Transporte marítimo sostenible: La propulsión verde es fundamental para la descarbonización de la náutica. Desde embarcaciones turísticas hasta ferris y barcos de carga, el hidrógeno verde podría reducir significativamente las emisiones en las rutas marítimas que conectan las Balears con la Península.
• Transporte terrestre: La adopción de vehículos de hidrógeno para flotas públicas y privadas contribuiría a reducir las emisiones en carreteras y mejorar la calidad del aire en los núcleos urbanos.
• Independencia energética: Participar en el corredor europeo aseguraría un suministro constante y fiable de hidrógeno renovable, reduciendo la dependencia de combustibles fósiles.
Para que Balears se sume a este corredor, es necesaria una apuesta decidida por parte de las administraciones y del sector privado. La colaboración público-privada será esencial para crear una red de infraestructuras que permita aprovechar todo el potencial del hidrógeno verde. Este reto es también una oportunidad única. Las islas tienen la capacidad de convertirse en un laboratorio vivo para la transición energética, demostrando que la sostenibilidad y el turismo pueden ir de la mano.
La hidrogenera de Lloseta no debe ser un proyecto aislado. Debe ser el punto de partida para una estrategia más ambiciosa que coloque a las Balears en el centro del mapa energético europeo.
El futuro es ahora. Es el momento de apostar por un modelo energético más limpio, sostenible y alineado con los objetivos europeos de neutralidad climática.
Las Balears tienen la oportunidad de liderar esta transición. ¿La aprovecharán?