Rafael Ballester alega motivos laborales para dejar la presidencia del Consell Econòmic i Social. | Aina Ambrosio

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El Consell Econòmic i Social de les Illes Balears queda definido en el artículo 78 del Estatut d’Autonomía como un «órgano colegiado de participación, estudio, deliberación, asesoramiento y propuestas en materia económica y social». Entre sus funciones de carácter consultivo, el CES debe emitir dictámenes preceptivos y no vinculantes sobre los anteproyectos de ley que impulse el Govern en materias socioeconómicas, laborales y de empleo. El CES, además, puede elaborar informes o estudios sobre cuestiones sociales, económicas y laborales de interés para Balears. El CES deberá además elaborar un informe anual, con propuestas y recomendaciones antes de la aprobación del anteproyecto de ley de presupuestos generales. También regula proyectos de reglamento de los consells insulares en materia socioeconómica.

Elaborar un informe anual, con propuestas y recomendaciones antes de la aprobación del anteproyecto de ley de presupuestos generales. El CES realiza también con carácter anual una memoria socioeconómica sobre las actividades realizadas. El CES se estructura en tres grupos. En el grupo I están representadas las organizaciones empresariales más representativas; en el grupo II, los sindicatos; y en el grupo III, diversos sectores productivos y sociales.

Rafael Ballester, presidente del CES, anunció semanas atrás su firme decisión de abandonar el cargo. «Estoy en un proyecto empresarial nuevo y ahora no podré dedicar al CES las horas necesarias. He informado a todos los que forman el CES y cuando presentamos la memoria informé a la presidenta Margalida Prohens de mi intención de dejar el cargo. El mandato acaba en marzo», explica Ballester, que confía en abandonar el cargo antes de que se constituya el nuevo Plenario en enero. «En diciembre acaba el Plenario, en enero se constituirá uno nuevo, que será el encargado de escoger al nuevo presidente», indica.

El presidente del Consell Econòmic Social de les Illes Balears recuerda la trayectoria del organismo en los últimos años y se muestra satisfecho del trabajo realizado. «El CES estuvo congelado durante la presidencia de José Ramón Bauzá y, posteriormente, se reactivó. La realidad es que es un órgano estatutario poco conocido. Es un espacio de debate en el que está representada la sociedad civil. Hemos intentado explicar su utilidad más allá de cumplir con las funciones reconocidas por el Estatut, que son realizar una memoria anual y dictámenes no vinculantes sobre los anteproyectos de ley que impulsa el Govern. Creo que el CES podría ser más útil», indica.