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Hace cuarenta años Top Gun fue un éxito de taquilla tan absoluto que la industria no pudo resistirse a repetir la ecuación de talentos que la habían hecho posible. De este modo Tom Cruise volvió a protagonizar con Tony Scott a la dirección, recuperando el sello de Paramount pero también la independencia creativa de la dupla de productores más famosa de la época: Don Simpson y Jerry Bruckheimer. Esta vez se cambiaron los coches por los aviones, sin embargo, mientras que en Días de trueno era Nicole Kidman quien le daba la réplica a Cruise. Fue ahí donde se conocieron, y más tarde se casaron.

Días de trueno ganó 157 millones de dólares sobre un presupuesto de 60. Siendo unos números fantásticos, se quedaban muy detrás de los 357 de Top Gun, lo que unido a las críticas tibias contribuyó a asentar la sensación de que Simpson y Bruckheimer habían llegado demasiado lejos con sus delirios de grandeza. De hecho se le atribuye a Días de trueno haber terminado en 1990 con la época de los grandes productores que había marcado Hollywood durante la década previa, y aunque sea un film de culto siempre le ha acechado al sombra de la decepción. Pero en la actualidad Hollywood no está como para descartar posibilidades. Y el reciente taquillazo de Top Gun: Maverick ha sido decisivo.

Todo lo cual nos lleva al curioso anuncio de Hollywood Reporter: Paramount quiere una secuela de Días de trueno. La idea, por supuesto, es repetir la jugada de Top Gun: Maverick, con una continuación tardía donde Scott sea sucedido por otro director y Cruise siga haciendo gala de su excelente forma física. En su día llegó a hablarse de un programa de televisión basado en los circuitos NASCAR que retrataba la película de Scott, pero Cruise se opuso firmemente a la idea y ahora a cambio está receptivo a alumbrar una secuela tradicional.

El proyecto está en una fase muy prematura de desarrollo, pero tiene a su favor un renovado interés cultural por las carreras de coches. No hay más que recordar Le Mans ‘66 de James Mangold o Ferrari de Michael Mann, y ocurre además que el verano del año que viene se estrena un film tan esperado como F1, con Brad Pitt. Esta película la dirige el mismo tipo que Top Gun: Maverick, Joseph Kosinski, y volvería a ser la opción perfecta para dirigir Días de trueno 2. Es posible, sin embargo, que Kosinski no quiera encadenar tan de seguido dos películas sobre coches.

La gran dificultad para que Días de trueno 2 prospere se halla en la agenda de Cruise. El actor está inmerso en la posproducción de Misión imposible 8 junto a la propia Paramount: el rodaje ha sido largo y accidentado, y hay cierta indecisión sobre cómo promocionar la película luego de que Sentencia mortal decepcionara ligeramente. Hay quien lo achaca a que se anunciara como una historia inconclusa, y ahora Paramount quiere asentar la narrativa de que Misión imposible 8 es la despedida de Ethan Hunt. Pero Cruise no está tan convencido de ello.

Al margen de lo que ocurra con la franquicia, Cruise tiene acordado con Paramount trabajar en la continuación de Top Gun: Maverick, siendo una película de mucha mayor prioridad que la secuela de Días de trueno. A todo lo cual hay que unir que en breve Cruise se pondría a las órdenes de Alejandro González Iñárritu para un film aún sin título, pero muy prometedor. Por ahora, Días de trueno 2 va a tener que esperar.

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