Imagen del tatuador alemán Valetudo. | Click

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Posiblemente, no le quede un pedazo de piel donde hacerse un tatuaje más. La tiene cubierta completamente por estos dibujos grabados sobre el cuerpo ¡Es increíble! Es ver para creer. ¿Y qué hace si de pronto descubre un tatuaje que le gusta?, le preguntamos. «Pues me lo tatúo encima de otro que llevo desde hace años o que ya no me guste tanto…», dice.

A Valetudo –pues así se hace llamar– nos lo encontramos la otra mañana sobre el ring del gimnasio del MegaSport a punto de iniciar el entrenamiento con Juanito García. Era un espectáculo verle golpear a los guantes que este le ponía delante, a los que también pateaba, levantado la pierna a una altura increíble. Y alternaba los golpes de manos y pies a una velocidad vertiginosa, lo que evidenciaba un altísimo nivel, tanto físico como técnico.

Hablamos con él en el bar, donde nos estuvo contando que es alemán y que es tatuador. Tiene el estudio en Hannover, donde vive, aunque también, desde hace un año, atiende en Palma, donde viene dos semanas cada mes. «El estudio de Palma es el Kratos, en la calle Sindicato. Allí estoy cuando trabajo en la Isla».

¿Cuáles son los motivos por los que viene a Palma a trabajar cada quince días?, le preguntamos. «Me gusta Palma y me gusta el público español. Si en Alemania, en cuanto a tatuajes, la gente, en general, tiene ciertos prejuicios, aquí eso no sucede, ya que el público es más liberal. Aquí, los tatuajes gustarán o no, pero los respetan. También aquí, después del trabajo, tienes lugares a dónde ir. En cambio, en Alemania trabajas desde las 9 de la mañana hasta las 9 de la noche, cenas y te vas a dormir. Y ahí se acaba la vida».

A Valetudo, que se considera persona muy familiar y muy sociable, que ni fuma, ni bebe, ni se droga, le preguntamos si recuerda cuando se hizo el primer tatuaje. «Tenía 18 años –dice–. Me grabé Valetudo. Y desde entonces a hoy tengo el 99 por ciento de mi cuerpo tatuado. ¿Los que más me dolieron al hacérmelos? Los de los costados y los que llevo en la zona del bigote».

Y en cuanto al significado de sus tatuajes… Porque no se los hace porque sí, «sino que, bastante más de la mitad de los que llevo en mi cuerpo tienen que ver con la familia y con Dios, pues creo en él. Son tatuajes que, en su mayoría, me he hecho en diversos lugares del mundo. Y me los he hecho de acuerdo a sus técnicas. En Tailandia, te haces un tatuaje y por muy complicado que sea, no te duele nada. A mí me estuvieron haciendo uno durante siete horas y me sentí tan bien mientras me lo hacían, que me quedé completamente dormido».

Dos de las cosas que nos han llamado la atención de los tatuados como él, es cómo se verán de viejos, con la piel arrugada… «Pues... Sí, me veré arrugado y tatuado, pero tendré color».

La otra cosa es cuánto le puede haber costado tatuarse todo lo que lleva en su piel… Valetudo piensa un segundo y asegura: «Alrededor de 50.000 euros. Me refiero a lo que pueden haber costado todos mis tatuajes… –y al decir todos, incluye también los que no vemos, entre ellos los que lleva en la cabeza, ahora cubiertos por el pelo–, tatuajes que no he pagado de golpe, sino que lo he ido haciendo a medida que me los iban dibujando».

Imaginamos que habrá tatuado en su vida a muchos futbolistas y a otros deportistas de élite… Asiente, pero no dice nombres, ya que es muy discreto, tanto, que tampoco enseña según que tatuajes que lleva en su cuerpo, sobre todo los más familiares, cosa que comprobamos al querer fotografiar los de sus padres. «Fotos de ellos, no», nos dijo de buen rollo.

Y es que, como decimos, es un tipo la mar de enrollado, orgulloso de lo que lleva sobre su piel y de lo que es capaz de hacer en la piel del prójimo. «En ocasiones, me encontrado con gente famosa, futbolistas, boxeadores, actores..., que, al verme, en vez de yo pedirles que se hagan una foto conmigo, han sido ellos los que han pedido esa foto». Y para que no tengamos la menor duda de que es así, nos muestra los numerosos posados con famosos que lleva en su teléfono móvil.

Y decimos que es un tipo enrollado, pues si cobra por hacer un tatuaje sobre una cicatriz para disimularla, a veces se lo hace gratis a quien no pueda pagar ese tatuaje. «Le hace ilusión, pero no tiene dinero… Pues le hago el tatuaje. No es a todo el mundo, pero sí lo hago en casos concretos; especialmente cuando ves que la persona no puede pagar esa necesidad que tiene de tapar una herida con un tatuaje».