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Angelina Jolie está viviendo en directo un episodio que marca un antes y un después en la vida de su familia: su hija Shiloh se ha quitado administrativamente el apellido de su padre, Brad Pitt. Los distintos problemas del actor con su prole (agresividad y alcoholismo) han desembocado en esta medida que sus cinco hermanos secundan, aunque ellos aún no han llegado al juzgado.

Jolie ya hizo esto mismo con su propio padre, el actor americano John Voight. Este se convirtió en una estrella con la película Cowboy de Medianoche, tras lo cual se separó de su mujer, la también actriz francesa Marcheline Betrand. Angelina tenía apenas un año.

Angelina, que se llama Jolie (bonita) en honor a la lengua de su madre, el francés, nunca mantuvo una relación fluida con su progenitor y al empezar a despuntar en el cine tomó la decisión de borrar esa huella paterna. "No quería ser una Voight", ha dicho en alguna ocasión.

El caso de Angelina y el de su propia hija es más común de lo que parece. Hollywood ha conocido otras situaciones similares, la más sonada, la de Tom Cruise y su hija Suri, nacida de su matrimonio con la actriz Katie Holmes.

Holmes se separó del protagonista de Misión imposible por la vinculación de aquel con la Cienciología, en la que Cruise pretendía sumergir a su hija. De aquella ruptura salió un distanciamiento con su hija, la primera biológica, puesto que Cruise adoptó a dos hijos con su anterior mujer, Nicole Kidman, Connor y Bella, que sí están muy unidos a él. Según informa Page Six, tras cumplir 18 años se hace llamar Suri Noelle, el segundo nombre de su madre.

Nacido Xavier Alexander Musk, uno de los doce hijos del millonario creador de Tesla, Elon Musk, no solo eliminó el apellido paterno, sino que también se cambio de género y de nombre. Ahora tiene 20 años y se llama Vivian Jenna Wilson, en honor al apellido de soltera de su madre, la escritora Justine Wilson. No quiere tener nada que ver con su padre, que ha sido acusado varias veces de transfobia y homofobia. En los papeles sobre las razones que la llevaron a tomar esa decisión, consta: "Identidad de género y el hecho de que ya no vivo ni deseo estar relacionado con mi padre biológico de ninguna manera o forma".

Hay casos en los que la pérdida del apellido paterno no se debe a razones de fobias ni odios, sino a cuestiones que tienen que ver con el protagonismo y el deseo de no ser arrastrado por un nombre de peso y las comparaciones.

Joseph Baena, el hijo que Arnold Schwarzenegger tuvo con su empleada doméstica, Mildred Baena, no ha utilizado nunca el apellido de su padre. El joven, de 27 años, tenía 12 cuando se enteró de que su padre era la estrella de Terminator. Aunque mantienen un grato trato, Joseph, que se está abriendo camino como culturista y actor, sigue con el apellido de su madre.

Nicolas Cage, que en realidad se apellida Coppola –su padre era hermano de Francis Ford–, se inspiró en el superhéroe de Marvel, Luke Cage, para empezar su carrera en Hollywood y que nadie lo mirara a través del filtro de su nombre familiar.

Además de ser nombrados con versiones adaptadas de los nombres de sus padres, Jaden y Willow Smith, hijos de Jada Pinkett y Will Smith, utilizan solo sus nombres de pila para hacerse camino en la música, aunque no constan problemas con el famoso actor.

Fnalmente, la hija de Michelle y Barack Obama, Malia, se graduó en Harvard y parece seguir intentando distanciarse del estigma del nepotismo que persigue a ciertos hijos. La joven, de 25 años, utilizó el nombre artístico de Malia Ann cuando presentó su cortometraje The Heart en el Festival de Cine de Sundance en Utah en enero pasado.

Malia ya ha participado en producciones como Girls de HBO y realizado prácticas en compañías famosas, y además, ha sido reconocida por su trabajo como escritora.