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Las gemelas Cristina y Marisa Zapata llevan desde el 17 de abril de 2016 en First Dates, el primer día de su emisión. Desde entonces, miles de solteros han acudido al restaurante en busca del amor.

Las extremeñas son parte fundamental del engranaje del funcionamiento del programa de Cuatro cada día. Ellas, junto a Laura Boado, son las encargadas de llevar a sus mesas a los comensales y de servirles la comida.

Además de las tres camareras, el resto del staff del espacio de Mediaset está formado por Carlos Sobera como presentador, y el barman argentino Matías Roure.

La enfermedad de las camareras de First Dates

Las dos han comentado en varias ocasiones el TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo) que sufren, aunque les costó hacerlo público: "Al principio, cuando me dio el batacazo gordo, no quería que se enterara nadie", admitió Marisa.

"Absolutamente nadie, solo mis padres, mi hermana y poco más, porque era una tragedia muy grande. Pensaba: Qué van a pensar de mí en un pueblo tan pequeño?, ¿me echarán de mi trabajo?, ¿pensarán que no estoy capacitada? Todas esas dudas, porque el TOC es duda", añadió la extremeña.

"Yo le decía a mis compañeros que me gustaría que, algún día, cuando yo ya estuviera bien, poder ayudar a la gente a salir del infierno en que yo he estado. Y eso hemos hecho", comentó.

"Cuando hemos podido hablar un poco más tranquilas, con menos ansiedades y menos cosas, hemos dicho: vamos a intentar ayudar a la gente", añadió la camarera.

Cristina coincide con su hermana en que han querido dar visibilidad a la enfermedad "porque la gente no sabe lo que es el TOC. Se piensan que es ser ordenado… ¡Y es mucho más! Decir que tener TOC es tener manías, es simplificarlo mucho".

"Hay que tener menos vergüenza en decir lo que nos pasa, es una enfermedad. La gente estigmatiza estas enfermedades mentales, dicen: está loca, pero ya hay mucha gente famosa que se está abriendo en este sentido, se muestran naturales", aseguran.

Dar visibilidad

Además, las dos quieren que la gente sepa dónde pedir ayuda "porque se puede salir de esto. El problema del TOC es que se conoce algo, pero no se sabe a dónde acudir, ni cuál es el diagnóstico, ni mucho menos el tratamiento".

"Y, sobre todo, que hay más de 600.000 afectados en España y que, aun así, no tenemos ningún sitio especializado, ningún centro público", reclaman las hermanas.

También han barajado crear una fundación, "aunque estamos un poco perdidas en este medio. Pero sí colaboramos con TOC Granada y TOC Mérida. Estamos intentando echarles un cable", reconocieron.