Ni grande, ni venenoso, el animal más peligroso del mundo parece 'inofensivo'

En la búsqueda por desvelar el misterio detrás de la letalidad animal, han sido numerosos los estudios sobre la peligrosidad de las criaturas con las que compartimos el planeta, no obstante, los resultados de los mismos apuntan a que no se trata del animal más grande, ni el de aspecto más feroz. El animal más peligroso del mundo es el mosquito.

Convivimos con ellos de forma frecuente, especialmente en época estival y, aunque a priori no son más que animales molestos que nos dejan el cuerpo lleno de picaduras, la realidad es que los mosquitos son transmisores de numerosas enfermedades (muchas de ellas peligrosas) como el dengue, la malaria o el zika.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que las muertes provocadas por mosquitos son 750.000, aunque otros estudios de diferentes organizaciones de la salud apuntan a cifras de 1,2 millones que doblan los números de la OMS.

En cualquier caso, hablamos de números muy altos de personas que se infectadas por enfermedades que transmiten los mosquitos, entre las que se encuentra el dengue, la malaria, la leishmaniasis, la fiebre amarilla o el virus del Nilo Occidental.

Estos animales habitaban la Tierra mucho antes que nosotros y, poco a poco, se han ido desplazando entre las poblaciones ocupadas por el hombre, adaptándose a nuevos hábitats y ecosistemas con el fin de preservar la especie. ¿Por qué a nuestro lado? Porque se alimentan de sangre.

Allá donde las temperaturas sean altas y el ambiente se torne húmedo, habrá mosquitos y, de hecho, en España cada vez es más común ver especies que antes no habitaban nuestro país debido a la subida de temperaturas durante los meses de verano.

Es por este motivo que es muy importante, especialmente si viajamos a países donde hay grandes poblaciones de estos insectos, que nos vacunemos de las enfermedades que éstos contagian para evitar enfermar y transmitir este tipo de virus.