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Científicos chinos acaban de hacer un descubrimiento que ha arrojado una nueva sombra sobre la salud pública mundial en medio del panorama siempre cambiante de las enfermedades infecciosas.

En este caso, se trata de un patógeno fúngico previamente desconocido, Rhodosporidiobolus fluvialis, que acaba de ser detectado en muestras clínicas de dos pacientes hospitalizados no relacionados.

Tal y como recoge Medium.com, no es un hongo patógeno más; sus características son alarmantemente llamativas. Se ha demostrado que la levadura adquiere resistencia a una amplia gama de fármacos antimicóticos de primera línea tras la exposición a temperaturas más altas que simulan las condiciones del cuerpo humano.

Sin embargo, lo que resulta más preocupante es que, en esas condiciones, el patógeno experimente una evolución hacia mutantes hipervirulentos y aumente la gravedad de la infección en ratones de laboratorio.

David Denning, profesor de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Manchester, ha expresado su profunda preocupación por estos datos y ha destacado cómo han planteado sin darse cuenta un problema que ahora se vislumbra muy importante en el futuro.

Con el aumento de las temperaturas en todo el mundo, la facilidad con la que los hongos, incluidas nuevas especies como Rhodosporidiobolus fluvialis, pueden adaptarse y tal vez expandir su área de distribución, no hace más que aumentar, y con ello, su exposición a los seres humanos.

En una encuesta nacional de cepas de hongos aisladas de pacientes en 96 hospitales de China en el periodo de 2009 a 2019, de las 27.100 cepas analizadas durante el estudio, R. fluvialis nunca se identificó en humanos.

Se descubrió que el torrente sanguíneo de dos pacientes con graves problemas de salud subyacentes estaba infectado. Ambos pacientes murieron a causa de su enfermedad y estaban bajo tratamiento con medicamentos antimicóticos convencionales como fluconazol y caspofungina, a los que luego se descubrió que R. fluvialis era resistente.

Los hongos son principalmente patógenos oportunistas para las personas con inmunidad debilitada. Sin embargo, esta nueva tendencia de resistencia a los medicamentos, marcada primero por Candida auris y ahora por Rhodosporidiobolus fluvialis, apunta a un problema de salud global emergente.