Productos sin gluten.

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El 83 % de los celíacos reconoce que su enfermedad puede influir, condicionar o generar zozobra a la hora de elegir sus vacaciones de verano y la mitad de los afectados por esta patología (51 %), que no es una simple intolerancia o alergia al gluten, admite que siente cierto temor a la hora de viajar si no se asegura que encontrará opciones sin gluten.

Así se desprende de una encuesta realizada la Asociación de Celíacos y Sensibles al Gluten, que recalca que el único tratamiento para la enfermedad celíaca y la sensibilidad al gluten es una estricta dieta.

Una de cada cien personas en España, principalmente mujeres, padece enfermedad celíaca -una patología multisistémica y autoinmune de personas genéticamente susceptibles-, por lo que suele ser la enfermedad crónica intestinal más frecuente, de forma que hasta 6 de cada 7 celíacos no han sido diagnosticados, según datos de la Federación de Asociaciones de Celíacos de España, que engloba a las distintas asociaciones.

Y no son pocos los síntomas de un celíaco, han explicado a EFE los expertos consultados: desde diarrea crónica e hinchazón abdominal, hasta anemia, debilidad generalizada, raquitismo o fracturas espontáneas. El gluten es una proteína nutritiva y beneficiosa, pero también algo indigesta ya que el cuerpo humano no dispone de las enzimas necesarias para digerirlo completamente y son las partículas no digeridas las que suelen provocar problemas intestinales, en unos pacientes en mayor grado y en otros en menor, ya que cada persona reacciona manera distinta, lo que no significa tener «un grado mayor o menor» de celiaquía, aclaran desde las asociaciones.

Vacaciones organizadas, preferentemente

En este sentido, la organización de vacaciones requiere mucha planificación para los pacientes y llega incluso a preocuparles, de forma que el 38 % reconoce abiertamente que tiene miedo a la hora de viajar y el 51% manifiesta que lo siente en ocasiones, en función del destino elegido.

El principal temor, para el 57 % de los encuestados, radica en la posibilidad de no encontrar opciones sin gluten en el destino elegido, mientras que un 42 % teme ingerir alimentos contaminados por dicha proteína gramínea.

El 83 % confiesa sentirse condicionado y con más riesgo al salir fuera de España y, a la hora de escoger el tipo de alojamiento, el apartamento es la opción preferida entre este colectivo al permitir un abanico más amplio de opciones para la ingesta de alimentos.

Por contra, los cruceros, opciones buffet y alojamientos compartidos son las alternativas que más evitan por suponer un mayor riesgo de contaminación.

El 60 % de los pacientes admite haberse contaminado con gluten durante unas vacaciones y un 29 % lo ha sufrido en el último año, principalmente en restaurantes.

Así, narra su caso a EFE P. G., afectada que se define como una «celíaca experimentada» desde que le fuera diagnosticada la patología en 2009, que admite que le genera cierta zozobra viajar pero que, a día de hoy, en España siempre suele encontrarse un supermercado con productos sin gluten.

Destaca también que el año pasado, tras la cancelación de un viaje, eligió Cangas del Narcea (Asturias), un destino denominado «Cangas Sin Gluten» en donde, ironiza, no se tuvo que asegurar antes de viajar sobre la naturaleza de los alimentos, a diferencia de otros destinos asiáticos como Japón en donde pasó «mucha hambre» y tuvo problemas, sobre todo con los alimentos cocinados con soja.

En otros viajes, como destinos Vietnam o Camboya, se tuvo que conformar con alimentos clásicos como carne, pollo, arroz o verduras, así como otros con poca elaboración culinaria.

Cada vez que viaja lleva alimentos sin gluten en la maleta junto con su ropa, principalmente pan, magdalenas o bollos y, ante la moda de no ingerir gluten, recuerda: «No eres muy celíaco o poco celíaco, eres celíaco y ya y eso se detecta con una prueba médica concluyente como una endoscopia con biopsia».