Quién no ha estado entrando en el trabajo, a punto de quedarse dormido, cocinando o en el baño, cuando justo ha escuchado el tono de llamada de su teléfono móvil y ha tenido que cogerlo. Sin embargo, el resultado siempre ha sido el mismo: una empresa queriendo que contrates alguno de sus servicios. Aunque pueda parecer mentira, esta situación que se ha convertido en algo casi cotidiano, está prohibida.
El 30 de junio de 2023 entró en vigor la la Ley General de Telecomunicaciones, por la que se prohíben las llamadas comerciales no solicitadas. Y aunque parecía que tras esta medida se acabaría el terrible bombardeo publicitario constante, nueve de cada diez españoles siguen recibiendo en sus teléfonos móviles estas llamadas comerciales no deseadas, según datos aportados por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
Una encuesta realizada por FACUA demuestra que 4,1% de los usuarios reciben más de cinco llamadas al mes, el 8,2% cuatro, el 12,5% tres, el 9,7% dos y el 5,0% indica que le han llamado una vez. El 12,5% dice que no recuerda el número de llamadas recibidas. Y solo el 3,4% afirma que no ha recibido ninguna.
Además, un 57,4% de los consumidores que ha pedido al teleoperador que no vuelvan a molestarle, le han vuelto a llamar de la misma empresa. De hecho, solo el 35,1% de los usuarios no pide que dejen de llamarle cuando sufre este spam telefónico.
Por su parte, el 8,6% de los consumidores afirma saber cómo denunciar las llamadas comerciales no solicitadas. Y el 1,5% de los afectados dice haber presentado una denuncia por ello. Pero... ¿Por qué siguen llamando si está prohibido?
Hay algunas empresas que saben como conseguir contactar con los consumidores sin necesidad de saltarse la normativa. Muchas de las compañías guardan los datos de sus usuarios hasta 12 meses después de que hayan sido sus clientes para poder ofrecerles nuevas tarifas.
En otras ocasiones, son los propios usuarios quienes dan consentimiento a las empresas para realizar las llamadas sin ser conscientes de ello. Actualmente, muchas de las plataformas online, obligan a aceptar las cookies a cambio de acceder a la página de manera gratuita. Una situación que deja entre la espada y la pared al consumidor, quien acaba aceptando y cediendo sus datos sin darse cuenta.
Si caes en estas trampas, no será suficiente contar con sistemas de bloqueo de esas llamadas o con incluirse en las denominadas listas Robinson, pues te seguirán llamando. Desde las asociaciones de consumidores recomiendan denunciar estas actuaciones, ya que, solo así se podrá acabar con ellas.
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