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El abecedario español es el conjunto de letras que se usan para escribir en este idioma. Actualmente, está formado por 27 letras: cinco vocales y 22 consonantes. Sin embargo, hasta hace poco, el abecedario tenía 29 letras, ya que incluía los signos ‘ch' y ‘ll', que se consideraban letras individuales.

¿Qué son los dígrafos?

Para entender por qué se excluyeron las letras ‘ch' y ‘ll' del abecedario, primero hay que comprender qué son los dígrafos. Un dígrafo es la combinación de dos letras o grafemas que representan un solo sonido o fonema. Por ejemplo, la ‘ch' representa el sonido que se escucha en palabras como chocolate, cuchara o kétchup. La 'll' representa el sonido que se escucha en palabras como calle, lluvia o belleza (o el sonido /y/ para los hablantes yeístas que pronuncian igual la 'll' y la 'y').

Los dígrafos no son exclusivos del español. Otras lenguas de escritura alfabética también los usan para representar algunos de sus fonemas, como el catalán (ny), el inglés (th) o el francés (gn), entre otros.

¿Qué pasó con las letras CH y LL?

A pesar de ser dígrafos, las letras ‘ch' y ‘ll' se consideraban parte del abecedario español desde el siglo XVIII. Esto se debía a que tenían un valor fonético distinto al de las letras que las componían y a que ocupaban un lugar propio en el orden alfabético. Así, las palabras que empezaban o contenían estas letras se ordenaban aparte en los diccionarios y enciclopedias.

Sin embargo, en el X Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española, celebrado en 1994, se decidió eliminar estas letras del abecedario por varias razones:

  • Se buscaba simplificar y unificar el abecedario español con el latino universal, que solo incluye los signos simples.
  • Se reconocía que las letras 'ch' y 'll' no eran propiamente letras sino combinaciones de dos letras.
  • Se evitaba la confusión que generaba el hecho de que estas letras tuvieran un nombre compuesto (che y elle) y no monosilábico como el resto.
  • Se facilitaba la alfabetización de las palabras con estos dígrafos, que ya no se ordenarían aparte sino en los lugares que les corresponden dentro de la C y de la L, respectivamente.

¿Qué impacto tuvo esta decisión?

La eliminación de las letras ‘ch' y ‘ll' del abecedario no supuso ningún cambio en la escritura ni en la pronunciación de las palabras españolas. Estos signos dobles siguieron utilizándose como hasta entonces para representar los fonemas /ch/ y /ll/ (o /y/). La única diferencia fue que dejaron de contarse entre las letras del abecedario.

Esta decisión tampoco afectó a la identidad lingüística ni cultural de los hablantes del español. Al contrario, se trató de una medida que buscaba adaptar el sistema gráfico del español a la realidad lingüística actual y a la norma internacional.