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Hay dos cosas que no parecen cambiar en la historia de Rosa Peral desde su ingreso en prisión: la defensa de su inocencia en el asesinato de Pedro Rodríguez, y su complicado carácter, por el que ha sido trasladada hasta en cinco ocasiones.

En estas últimas semanas, desde el estreno de 'Las cintas de Rosa' con las declaraciones de la condenada, y la serie basada en el crimen de la Guardia Urbana, protagonizada por Úrsula Corberó y Quim Guitiérrez, las noticias sobre el caso no han dejado de aparecer.

Rosa habla desde la cárcel

Las últimas declaraciones controvertidas venían de la propia Rosa, que, saltándose las normas de la prisión, condecía una entrevista en la radio pública catalana y confesaba haber sido duramente perseguida y machacada, especialmente tras el estreno de la serie.

Además, en esa misma entrevista, por la que ha sido castigada con un mes de visitas restringidas, Rosa aseguraba estar estudiando la carrera de Derecho para poder rehacer su vida cuando cumpla su condena.

Sus compañeras de prisión

Sin embargo, las declaraciones de la condenada en las que asegura estar sufriendo por el personaje que se ha construido de ella, contrastan con las que ha ofrecido una de sus compañeras de la primera cárcel en la que estuvo, en Wad-Ras. Ella es Andrea, y cuenta que Rosa está disfrutando con todo esto "le gusta salir en la tele y que se hable de ella", ha asegurado en su entrevista en el programa de Y ahora Sonsoles.

Allí, en Wad-Ras, donde entró de manera preventiva antes de la celebración del juicio, contó a sus compañeras cómo había matado a Pedro, o al menos, eso es lo que declaró una de ellas ante el juez " Le dio un medicamento en agua para que se calmara porque estaban discutiendo muy fuerte".

Los cinco traslados de Rosa Peral en la cárcel por mal comportamiento

En 2021, cuando se cumplían cuatro años desde el ingreso de Rosa Peral en prisión, se produjo el quinto traslado de la condenada por decisión de las autoridades penitenciarias, que consideraron que su integridad podría verse amenazada al haber provocado conflictos entre las internas del recinto.

No obstante, Rosa ya acumulaba otras faltas como ocultar el móvil en su celda. Ahora, permanece en Mas Enric, la cárcel donde cumple condena, tras haber pasado por Wad-Ras y Brians.

Una relación a dos bandas en la cárcel

La que fuera compañera de Rosa Peral en prisión -Andrea-, ha contado enY ahora Sonsoles que la exguardia urbana ha mantenido varias relaciones con mujeres y con hombres en la cárcel, 'siempre vuelta a lo mismo, con mentiras y con historias, con unos y con otros, con mujeres y con hombres, y era muy posesiva'.

Asimismo, ha contado que una de estas relaciones que mantuvo en la cárcel con una compañera que estaba muy enamorada de ella, fue "una relación abierta, pero solo para ella. Porque a la vez, también estaba con otro hombre". Con ella, según cuenta Andrea, se obsesionó y no la dejaba en paz, "una y otra vez" y "probablemente, fue ese uno de los motivos por los que la mandaron a Tarragona".

También ha contado que Rosa es una persona muy altiva, que se cree por encima de las demás, y que en las cárceles en las que coincidió con ella, pasaba mucho tiempo sola. Sin embargo, no ha tenido ningún privilegio, "era una más".

Pasar el duelo entre rejas

«Sigo sin asimilarlo porque estoy aquí encerrada y no estoy en casa. No puedo ver que ella no está». Así contaba Rosa Peral, entre lágrimas, cómo ha vivido la muerte de su madre desde la cárcel.

Su padre, Francisco, que también ha participado en 'Las cintas de Rosa', asegura que su mujer nunca llegó a entender lo que estaba pasando: "Mi mujer siempre me decía ‘¿pero por qué tiene que estar dentro si mi hija no ha hecho nada?'. Y claro, ¿cómo se lo explicas tú si no tiene la cabeza en condiciones? La verdad es que fue muy duro».

«Todo eso le iba doliendo mucho. El ver que yo de aquí no podía salir, el ver este tipo de restricciones, el ver todo lo que ha ido pasando conmigo, todo lo que se ha ido diciendo…» contaba Rosa y añadía que, durante la enfermedad de su madre, llamaba diariamente a casa para saber cómo estaba.