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Steve Jobs, el fundador de Apple (fallecido a los 56 años en 2011), está considerado como uno de los grandes nombres de la historia no solo de la tecnología, sino del mundo de la empresa.

Parte de esa fama la debía, entre otras cosas, a la forma que tenía de contratar personal para su compañía. En 1998 se publicó el libro In the Company of Giants: Candid Conversations With the Visionaries of the Digital World.

En esta obra se comenta una de las tácticas que aplica Jobs a la hora de fichar a trabajadores. Era la 'prueba de la cerveza'. "Cuando decido contratar o no, siempre me pregunto si me tomaría una cerveza con esta persona y si me gusta su compañía", decía Jobs.

"¿Me tomaría una cerveza con esta persona? ¿Conversaría con ella relajadamente dando un paseo?", se preguntaba Jobs. Si la respuesta era un sí, entonces Steve Jobs decidía en efecto quedar con el trabajador y salir a tomar algo.

En las entrevistas, Jobs tampoco hacía preguntas técnicas. En vez de esto, preguntaba qué solía hacer en el día a día o cuándo fue la última vez que consiguió algo importante, recoge Applesfera.

De esta manera, el innovador empresario estadounidense de origen sirio comprobaba si el empleado conectaba tanto con la cultura de la empresa como con las personas que trabajaban en ella.