Una pareja pasea de la mano por la calle peatonal de Blanquerna, en Palma. | PATRICIA LOZANO

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Las tiendas ubicadas en calles peatonales tienden a registrar mayores volúmenes de ventas que las situadas en entornos abiertos al tráfico. Las ventas aumentan cuantos más locales se concentran en una zona exclusiva para peatones, y ocurre aunque la peatonalización se haya hecho en el centro o en la periferia de una ciudad. Estas son algunas de las principales conclusiones de un estudio publicado este año en la revista internacional Cities, que analiza 14 ciudades españolas, entre las que se encuentra Palma.

«Nuestros resultados proporcionan evidencia sugestiva de que las personas prefieren un entorno amigable para los peatones a uno orientado a los vehículos para actividades de consumo local no comerciables», según se indica en el informe, titulado Street pedestrianization in urban districts: Economic impacts in Spanish cities. La facturación aumenta en los ejes peatonalizados, pero la ganancia depende de la tipología de las tiendas. Los comercios de proximidad o de alimentación no se benefician tanto como los bares, cafeterías y restaurantes, según explica Juan Murillo, uno de los investigadores que han participado en el estudio. «Al configurar espacios peatonalizados creamos lugares más agradables para permanecer en ellos, por ejemplo, tomando un café o comiendo», apunta.

El especialista en urbanismo destaca que Palma fue una de las ciudades estudiadas, aunque del informe no se pueden deducir efectos sobre calles concretas porque hicieron un análisis de tendencias generales sobre datos masivos de muchas zonas urbanas. «Nosotros hemos hecho un análisis de un período de dos años (2010-2012) en determinados ejes que sabíamos que habían sido peatonalizados», añade el autor. Para saber si en los espacios vetados a los coches se gasta más en los locales, el equipo contó con datos de transacciones con tarjetas bancarias proporcionadas por Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), uno de los bancos más grandes de España. Esto incluía a los clientes de esta u otras entidades bancarias que hubieran hecho algún pago a través de alguno de los aproximadamente 300.000 terminales punto de venta de BBVA que tiene en todo el Estado.
Tras analizar estos datos, detectaron que los ingresos de las tiendas cayeron drásticamente durante el período de vacaciones de verano (agosto), mientras que aumentaron significativamente al final del año, en diciembre.

Otros beneficios

«Quien va en coche, normalmente, no compra», dice, y considera que a la actividad económica le interesa que haya mayor flujo peatonal. Además, «peatonalizar no solo es beneficioso a nivel económico, también tiene beneficios ambientales, de bienestar psicológico, por la mejora del entorno urbano, e incluso como atractivo turístico», defiende Murillo. Sin embargo, hay preguntas que «no hemos podido responder, como cuánto tiempo permanece la gente en un sitio», confiesa el autor. Aunque no lo hayan estudiado, Murillo advierte de que una peatonalización cambia el tipo de locales que había cuando la calle estaba abierta al tráfico. «Generalmente, se produce un incremento de la renta del alquiler de los locales que puede acabar expulsando comercios más tradicionales y atraer a franquicias», afirma. La motivación original del estudio es científica y, de hecho, Murillo espera que sirva para fomentar una toma de decisiones políticas «objetiva» y basada en datos, «dejando de lado los sentimientos y las ideologías».