Riba inició su carrera a mediados de los años 60. En esa época, el poeta y diseñador gráfico de profesión, empezó en la industria musical diseñando las portadas de los discos de Maria del Mar Bonet, Lluís Llach y Guillermina Motta en la discográfica Concèntric, la misma con la que en 1967 grabó su primer EP de tres canciones, Taxista!, El matí de Sant Esteve y Aquest carrer m'és prohibit. En aquella misma década llamó a la puerta de Els Setze Jutges, colectivo que impulsó la Nova Cançó y del que formaban parte los también mallorquines Maria del Mar Bonet y su hermano Joan Ramon. Sin embargo, nunca entró a formar parte del grupo.
«Recuerdo las ganas que tenía de entrar en Els Setze Jutges, pero yo le aseguraba que daba igual si no lo hacía porque como artista no necesitaba que ningún grupo lo respaldara. Su universo musical era original, en la onda de lo que pasaba en el mundo», ha explicado a este periódico Maria del Mar Bonet. «Le conocí ya siendo un joven culto, de una imaginación extraordinaria y buen músico», afirmó. La respuesta a esa negativa fue crear el Grup de Folk, una alternativa de la que formaron parte Jaume Sisa, Xesco Boix, Oriol Tramvia y Ovidi Montllor. Bonet cuenta que Riba la invitó a participar en este proyecto, algo que sucedió pero que duró poco tiempo. Simplemente los caminos se alejaron,aunque nunca dejaron de ser amigos. La cantautora le recuerda especialmente con Es fa llarg esperar, una canción que «siempre he defendido y reivindicado y que todavía hoy sigo cantando».
Uno de los trabajos más importantes de Riba fue Dioptria de 1969 –al que seguiría un segundo volumen en 1970–, que fue escogido como el mejor disco en catalán del siglo XX por la revista Enderrock. A principios de los 70, un vienteañero Pau Riba se establecía en Formentera, oasis hippie, donde compuso y grabó uno de sus proyectos más importantes, Jo, la donya i el gripau. En 2011, con motivo del 40 aniversario de su publicación, se lanzó una caja ilustrada por Miquel Barceló con un CD, un DVD, un libro y dos desplegables. En 1975, en el festival Canet Rock, ofreció la mítica interpretación de Licors, un disco que por cierto produjo en 1977 el australiano Daevid Allen en el estudio Bananamoon Observatory de Deià y en el que participó el guitarrista Joan Bibiloni.
En 2001 publicó el libro-disco Jisàs de Netzerit o capítol zero de la guerra de les galàxies (Columna), con ilustraciones de los dibujantes mallorquines Álex Fito, Pere Joan, Max, Gabi Beltrán, Linhart y Pau. En 2013, se juntó con el francés Pascal Comelade para lanzar Mosques de colors, editado por Blau y Discmedi.
Proyectos
Aunque desarrolló su carrera sobre todo en Catalunya, siempre estuvo muy vinculado a la Isla. De hecho, el próximo 25 de marzo tenía previsto actuar en el Teatre Xesc_Forteza de Palma dentro del festival Barnasants, una noche que tenía que ser muy especial en compañía de su banda: los_PLAN, Llull Riba, Anna Tobias y Noè Escolà.
Hace apenas unos días el Vida Festival anunció que Riba sería uno de los cabezas de cartel de la edición que se celebrará en Vilanova i la Geltrú (Barcelona), del 30 de junio al 2 de julio. Asimismo, tenía previsto actuar el próximo 9 de abril en el festival Strenes de Girona. En esta última cita tenía que presentar junto a la Orchestra Fireluche su nuevo disco, Segona florada, la continuación del álbum Ataràxia, que publicaron juntos en 2019. En este nuevo trabajo, Riba recitaba algunos fragmentos de la conocida obra Acorar, de Toni Gomila.
Nieto de los poetas Carles Riba y Clementina Arderiu, publicó también una quincena de libros, como Ena (Quaderns Crema, 1987), Sa mi madre (Ara Llibres, 2014) y más recientemente Història de l'univers (Males Herbes, 2021). De hecho, el próximo 30 de marzo llegará a las librerías lo que será su libro póstumo, el ensayo Història de la música del segle XX (L'electrònica), también con Males Herbes.
Reacciones
Al poco de conocerse la triste noticia han sido muchos los que han compartido en redes sociales sus condolencias a la familia y amigos y han reivindicado su figura y su legado. Autores mallorquines como Glòria Julià y Emili Sánchez Rubio han recordado que hace justo 4 años, el 6 de marzo también moría Antoni Artigues. La cantante de Vers Endins ha compartido en Facebook que conoció a Riba precisamente a través de Artigues el día en el que celebraban los 10 años de Magisteri Teatre. Lo ha recordado también otros escritores como Roser Amills, Pere Antoni Pons y Biel Mesquida, entre muchos otros.
A nivel institucional, el ministro de Cultura, Miquel Iceta, ha destacado la «gran influencia, trayectoria transgresora e impulso a la innovación musical» por parte de Pau Riba, así como su contribución a la «renovación de la cultura catalana». Por su parte, la consellería de Cultura de la Generalitat ha lamentado «profundamente» la muerte de Riba, ya que la considera una «pérdida enorme». El presidente de Òmnium Cultural, Xavier Antich, ha destacado que hay artistas que cambian al mundo, y que Riba es uno de ellos. «Referente de país y de compromiso con la cultura, la potencia literaria de sus temas y el imaginario que ha creado han acompañado a muchas generaciones», ha resaltado. El Gremi de Llibreters de Catalunya también ha subrayado que Riba es un artistas polifacético, que destacó como cantautor, escritor y poeta: «un icono 'cósmico' de nuestro país»; mientras que la Asociación de Editores en Lengua Catalana ha lamentado que la cultura catalana ha perdido hoy a uno de sus referentes.
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