La Association pour le Contrôle de la Radioactivité dans l'Ouest (ACRO) detectó hace algunas semanas la presencia de Cesio-137 en los vientos que llegaban al país galo cargados de arena y finas partículas del desierto norteafricano, un hallazgo del que se han hecho eco, el portal especializado Meteored, entre otros medios nacionales de ámbito generalista, y que en este caso pone el foco en las pruebas nucleares que el gobierno francés autorizó en las zonas desérticas de Argelia desde la década de 1960.
En concreto, la ACRO captó niveles anormales de Cesio-137, un isótopo radioactivo del cesio que se produce principalmente por fisión nuclear y que tiene un periodo de semidesintegración de unos 30 años, en muestras recolectadas el 6 de febrero en un vehículo cubierto de polvo en la región de Jura, cercana a la frontera con Suiza.
La presencia del Cesio-137 es larga, y cada ciclo de 30 años pierde parte de su radioactividad. Según los expertos, serían necesarios siete ciclos de tres décadas cada uno para que su prevalencia cayera por debajo del uno por ciento.
La situación meteorológica que se esta produciendo en las últimas semanas en los países del sur de Europa ha causado impresión en numerosos medios de ámbito internacional, como el caso de la CNN, quien hace algunas semanas se hizo eco del polvillo anaranjado que transportaban las nubes que cruzaban el Mediterráneo desde el Sáhara.
Se conoce que Francia ha llevado a cabo unos doscientos test nucleares en el pasado, muchos de ellos en la Polinesia francesa pero más de una quincena de los mismos en el desierto de Argelia, especialmente en los primeros años de desarrollo de esta tecnología armamentística.
2 comentarios
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Esto se llama "devuelto al remitente". A ver cuándo todos nos enteramos de lo que tiramos al medioambiente tarde o temprano volverá en nuestro plato... bon apetit!
Pues si llega a Francia y lo detectan aquí somos más felices porque aunque llegue no lo detectamos. Así que una rociadita más aparte de la de Chernobyl en 1986 ya estamos acostumbrados.