Según recoge Variety, Bardem comenzó su discurso reafirmando que Allen «es un genio» y que, pese a las graves acusaciones a las que se enfrenta desde 2007, no ha sido declarado culpable de ningún delito hasta el momento. Después de un acalorado aplauso en la sala, aclaró que si se produce alguna condena en un futuro no dudaría en cambiar de actitud respecto al cineasta.
«Hoy, once años después, es la misma acusación. Las acusaciones públicas son muy peligrosas. Si algún día hay un juicio y se prueba que es cierto, cambiaría mi opinión, pero en este momento, nada ha cambiado», expresó.
Estas palabras llegan en un año convulso para el realizador, que ha visto como muchas de las estrellas que rodaron a sus órdenes han renegado de su figura tras las acusaciones de abusos sexuales reactivadas en el marco de movimientos como 'Time's Up' o 'Me Too'.
A principios de enero, la actriz británica Rebeca Hall, que coprotagonizó Vicky Cristina Barcelona junto a Penélope Cruz y Scarlett Johansson, anunció que donaría el sueldo que ganó en el último filme de Allen, A Rainy Day in New York, a la asociación Time's Up, tras lamentar haber trabajado con él.
Otra de las figuras de Hollywood que también se solidarizó con la acusación de la hija de Allen fue Greta Gerwig, la directora de Lady Bird, y también actriz, que rodó a las órdenes de Allen A Roma con amor y que aseveró que no volvería a trabajar con él. «Greta, gracias por tu voz. Gracias por tus palabras», agradeció Farrow.
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