Durante una semana, este dibujante de cómic valenciano mantuvo en vilo a los usuarios de la red social, consiguiendo involucrar en su hilo a miles de personas anónimas, famosas como Iker Casillas, Gerard Piqué o Ana Pastor, y hasta instituciones como la Guardia Civil y la Policía Nacional, que le han dejado mensajes.
Muchos la han disfrutado como un relato de ciencia ficción en un formato novedoso, pero otros han creído que realmente su vida estaba en peligro, como ha quedado reflejado en las miles de respuestas enviadas.
«No esperaba esta repercusión. Necesitaría una o dos vidas para leer todo lo que me ha llegado. Me dejaba loco la velocidad a la que se generaban memes, lo involucrada que estaba la gente. Es como estar en un escenario y la gente jaleando», dice el autor, que reconoce en una entrevista con Efe que le hizo «mucha ilusión» que Cristina Pedroche colgase un tuit diciendo que le gustaría presentar las uvas de fin de año con él.
Aunque reconoce que no ha «inventado la pólvora» porque hay otros precedentes de narrar historias por entregas en un máximo de 140 caracteres. «Me parece fabuloso porque prueba que Twitter es una herramienta que sirve para muchísimo más. Un señor sentado en el sofá con su móvil tiene en vilo a medio mundo. Me temblaban las manos cuando mandé el último tuit», reconoce.
Porque en sólo una semana pasó de 16.000 a casi medio millón de seguidores, pero son muchos más los que han leído su historia en España, Latinoamérica y países en los que se han ido traduciendo sus inquietantes entregas, acompañadas de fotografías y vídeos para dar más veracidad a su falso documental.
Para ello contó con la colaboración de su pareja, con la que, efectivamente estaba de vacaciones, aunque es lo único real en su trama, perfectamente diseñada antes de lanzar el primer tuit hace una semana.
Con estos recursos y un lenguaje sencillo y directo, ha conseguido que sean muchos los que crean que, estando de vacaciones solo en un hotel, se vio inmerso en una extraña y peligrosa historia con tintes paranormales de clones y mundos paralelos, tal como cundió el pánico en Nueva York cuando, el 30 de octubre de 1939, Orson Welles narró en forma de noticiario su adaptación de «La guerra de los mundos».
«No seré yo quien me ponga la etiqueta del Orson Welles del siglo XXI, pero una influencia directa es su retransmisión radiofónica, que descubrí de pequeño y me fascinó, fue el germen. Me gustan los juegos de ficción y realidad, como la película 'El proyecto de la bruja de Blair', que la tengo en un pedestal por cómo una idea muy sencilla puede ser muy poderosa», apunta.
Con experiencia como cortometrajista y aunque la historia «nació para Twitter» porque es su red social favorita y porque el hilo permite dar continuidad a una narración, Bartual no descarta «en absoluto» llevarla al cine. «Se puede hacer pero sería diferente, no como la gente piensa. Y lo haría yo, antes una película que un corto».
Lo que sí desecha es la idea de alargar la vida de Orgullo y Satisfacción, la revista satírica digital que fundó junto a otros viñetistas que rompieron con El Jueves y cuyo cierre está previsto a finales de año al no haber alcanzado los 12.000 suscriptores que necesitaba para sobrevivir.
Es consciente de que la repercusión alcanzada con su narración tuitera podría darle alas a la publicación, pero considera que «hay algo en el formato que no funciona y alargarlo artificialmente no nos apetece; lo mejor es cerrar en diciembre y quizá montar otra cosa».
¿Habrá más historias?. «No sé cuándo me voy a volver a ir de vacaciones, quién sabe», responde dejando la puerta abierta al misterio a sus seguidores.
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