El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), se reúne con el presidente catalán en funciones, Pere Aragonès. | Efe - Andreu Dalmau

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La posible investidura del socialista Salvador Illa avanza en Cataluña, y al parecer los últimos contactos entre el PSC y ERC han obtenido avances significativos. En las últimas horas los líderes republicanos se han encargado de recordar a los socialistas que la clave del sentido de su voto se encuentra íntimamente ligada a la financiación. En esta, como en otras ocasiones, la clave reside en la caja. Este pasado miércoles Pedro Sánchez y Pere Aragonès escenificaron la proximidad en un encuentro en Barcelona. No obstante, desde Esquerra insisten en desligar las anteriores descentralizaciones de lo que está ahora encima de la mesa: una suerte de concierto económico que permita disponer a Cataluña de toda su riqueza.

El escenario plantea evidentes retos para el PSOE, para acompasar esta voluntad de ERC sin alzar una rebelión interna en el resto de territorios por cómo se percibiría tal quebranto de la igualdad fiscal. ¿Quedaría en solfa la solidaridad territorial? Antes de anticipar eventos venideros, la peliaguda situación interna de Esquerra se antoja como un condicionante añadido, atendiendo a que la decisión final sobre el pacto con el PSC corresponde a la militancia.

Por si cabían dudas, este pasado miércoles se repitieron algunas voces preventivas hacia la posibilidad de un nuevo tratamiento financiero para Cataluña. Fue la consejera de Economía, Hacienda y Fondos Europeos de la Junta de Andalucía, Carolina España (PP), quien incidió en denunciar «agravios» que estarían sufriendo los andaluces respecto a los catalanes, y ha sostenido que los habitantes de esta comunidad «estamos pagando el coste de investir» al líder del PSC como presidente de la Generalitat de Cataluña.

Pedro Sánchez se reúne con el presidente catalán en funciones, Pere Aragonès

El gobierno de Madrid criticó también este miércoles que Pedro Sánchez se haya reunido con el presidente de la Generalitat en funciones «cuando se niega a recibir a otros presidentes» en alusión a la Conferencia de Presidentes por la cual el Govern balear de Marga Prohens ha decidido ir al choque contra el ejecutivo central. En la región que comanda Isabel Díaz Ayuso no perdieron ocasión de señalar que «Sánchez se humilla una vez más ante los partidos independentistas para mendigar los apoyos». El presidente, señalan, «ha convertido el Gobierno» de España «en una auténtica gestoría de los partidos independentistas y en una suerte de conseguidor de Carles Puigdemont o de Esquerra Republicana de Cataluña».

La de este miércoles fue la quinta reunión institucional que mantienen Sánchez y Aragonès. En ella ambos mandatarios abordaron la situación política general y se comprometieron a «culminar» los acuerdos pendientes entre ambas administraciones. Imperó, según las fuentes, el análisis de «la situación política general y otros asuntos de interés común», y no la posibilidad más o menos próxima de que Salvador Illa sea el nuevo presidente catalán.

El clima, dicen, fue «cordial y de normalidad institucional» y durante el mismo se ha hecho «un repaso de la relación entre ambos gobiernos tras la firma de diversos acuerdos esta última semana que concretan y calendarizan diferentes transferencias y acuerdos pendientes», entre ellos el servicio de Rodalies, las becas y ayudas al estudio o las iniciativas de investigación y desarrollo tras concretar el del Ingreso Mínimo Vital. Sin embargo, algunas fuentes de ERC se afanan en señalar que Aragonès hizo hincapié ante el presidente del Gobierno de España que Cataluña debe dotarse de un sistema de financiación «singular». A pocos días de que venza el plazo límite marcado por ERC para alcanzar un pacto para investir a Illa, Aragonès advierte al PSOE que «debe moverse» para que Cataluña pueda tener «una financiación justa y propia», la principal condición y la clave de todo.