Maíllo ha mantenido el símil culinario: «Buenos condimentos, tiempo de reposo y un magnífico producto». En esta etapa, según ha dicho Maíllo en Canal Sur Televisión, deben «encontrarse» y acordar «un método para funcionar», ya que las decisiones deben ser «entre todos» y no sólo de quien lidere el proyecto, por lo que lo último es nombrar a esa persona y primero hay que «cimentar bien el edificio». Ha opinado que la marcha de Yolanda Díaz es «lógica» y «le honra», porque da un paso atrás ante unos resultados y abre «una nueva etapa».
Ahora, según Maíllo, el planteamiento debe ser más horizontal, con una toma de decisiones «colectiva y no vertical», ya que eso «quizás ha fallado». Maíllo no ha querido entrar en el proceso interno del partido Sumar y sí ha defendido el papel de IU, que como única organización federal con implantación territorial tiene «la responsabilidad de articular y vertebrar todo un proyecto de país». Ha opinado que hay que dejar «las cuitas internas» y transmitir «solidez y seguridad», ya que entiende que hay mucha gente en la izquierda que necesita eso: «Bastante estresados están en sus vidas para que desde la izquierda los estresemos más», ha agregado.
Sobre el fin de Sumar que ha vaticinado Pablo Iglesias, ha respondido que todos necesitan «mucha humildad porque nadie está para tirar cohetes» y ha explicado que él se dedica «a intentar gestionar la realidad, no a advertir de lo que va a ocurrir», ya que es un responsable político y no «un profeta». Entre los temas que cree que la izquierda debe poner en el centro de su trabajo, en lugar de los debates internos, está el blindaje de la sanidad o la financiación autonómica.
En esa última materia, ha puesto como ejemplo de lo que puede ser una «buena base» para un acuerdo autonómico la reclamación que se firmó en 2018 en el Parlamento andaluz por todos (menos Cs), cuando él lideraba IU Andalucía, la ministra María Jesús Montero era consejera y el presidente andaluz, Juanma Moreno, estaba en la oposición. Maíllo cree que el problema de una financiación «a la carta», por ejemplo con Cataluña, es que significa que no hay un acuerdo «estable» para todo el país.
Ha recordado que Andalucía firmó una reclamación para que la financiación se hiciera en torno a la población, con el principio de ordinalidad y con correcciones en torno a la dispersión de población. «Se financian servicios, no territorios», ha defendido. Maíllo ha calificado como «un disparate» que Moreno quiera «enfrentar territorios» y ha emplazado al presidente andaluz y a la ministra a que hagan de ese dictamen del Parlamento «una base para la construcción del acuerdo».
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